Difícil custodia del tesoro interior
No siempre despierta con un beso la Durmiente (y todo un ejército de príncipes podría dejar caer gota a gota sus besos para horadar su sueño pero ella fingiría entonces otro más profundo con sexo y párpados llenos de telarañas) Empeñada en impávida superficie de hielo azul e indiferente esta bella difícil camufla sus más violentas rosas Pero uno a su oído se acerca y pronuncia palabras y palabras y entonces descarados como la escarlatina de una niña pequeña los colores afloran tejen la superficie del amor Y la Durmiente sin tesoro interior abre las piernas como una cortesana
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