Allí golpea lejos sobre el mar la lluvia. Desde siempre y siempre. Desde quién sabe qué oscuro designio, allí golpea y golpea la lluvia sobre el mar. ¡Oh! inmemorial paisaje. Monstruo paciente y solitario, mar amargo, agua última donde un hombre y su miedo huyen, beben y vuelven en secreto y solos. Cuando de allí se vuelve nada alcanza en la Tierra y todo es triste. Sin embargo, con urgencias de ahogado uno pregunta y llama, y otros nos oyen; porque es preciso juntos, enterrar la muerte. Y aunque llueve también sobre la Tierra y sobre los campos y ciudades llueve, lejos quedó lo que no tiene nombre y alguien con visceral memoria se rescata y vive. Entonces, sí, qué alegría, sentir que estamos vivos, ir por las calles con cantos de borracho y sobre tantas cosas inefables y tristes, poder de nuevo y otra vez, recuperar los días. Así de oscuro, de embebido o muerto, un hombre lleva su alegría por la tierra.
|