Pecado
Présbita para el pasado, miope para el porvenir, me he quedado como aquel que en la selva se ha extraviado sin hallar rumbo fijo que seguir. No hay un abracadabra que violente y que abra el mañana. ¡El mañana es una palabra! Y el ejemplo de la mujer de Lot me enseña por demás, el bíblico peligro de mirar atrás. Ya es tiempo de bajar de mis palomares: ya es tiempo de bajar de mis azoteas, desde donde se alcanza propicia lontananza; Ya es tiempo que se vista de un morado litúrgico, mi esperanza. La fantasía no es práctica. Hay que bajar a la rúa; hay que caminar derecho; saludar a la gente respetuosamente, ocultando las palomas que llevamos en el pecho. Y es indiferente que asistas a la misa o a la prédica: Nadie preguntará tu fe escolástica; la gente se hará a un lado, y harás tu vida práctica, si llevas recatado y oculto el Ideal, como un pecado.
(Revista de Revistas, XVII, No. 878, marzo 5 de 1927)
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