Una tarde
Una tarde de lluvia, de lluvia reticente, con húmedos olores en el mojado ambiente. Una tarde de lluvia... ...No sé ni cuándo fue. Todos apretujados, y en fila, los recuerdos surgiendo inesperados. La tarde los divisa cual pájaros mojados sobre de una cornisa. Una tarde de lluvia; de monótono son, en que de lejos se oyen las lentas campanadas de un rajado esquilón. Tal vez un niño enfermo que espera a su enfermera. Baja del campanario, mira caer la lluvia pegado a una vidriera, cojeando, el campanero. Moviendo el incensario quizás un monaguillo que el ámbito satura, cruce una sacristía monástica y oscura. Y el día, que se diluye; y aquel pesado ambiente de uniforme calor donde es casi una mancha el colonial retrato de un Padre Fundador. ¡Una tarde de lluvia! Las flores que se guardan prensadas dentro a un libro con broches de metal. Las cosas que se fueron y acaso nos dejaron capítulos a medias sin interpretación. Una tarde de lluvia de monótono son, en que de lejos se oyen las lentas campanadas de un cascado esquilón.
(De mi libro de horas)
|