Soy todo lo que miro
Huellas y más huellas Sobre la nieve ultrajada Mejor bañarse bajo la luz de un álamo Ser todo cuanto miro Niño de bruces en el pozo del sol. Sorpresa blanca Te acuclillas y saltas Me lames la mano con tu llama Mueves cabellos que se pegan al rostro con lágrimas Vete de aquí sorpresa Quema la selva de arpas Y al viento que la hace gemir Porque es su amante consumado. Siempre no te vayas Sorpresa Déjame ser todo lo que miro Tus pavos irreales me interesan mucho Tus nubes que bajan sin convertirse en lluvia Me interesan mucho. A caballo persigo miles de pájaros Requeridos para tejer al primer pegaso Tus flancos incandescen Entre la inmensidad y mi estupor Coro de las anticipaciones Tupida amarillez: El mundo que nos prohíbe volar Nos debe su propio vuelo.
De Astillas
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