La playa Lee
Las gaviotas giran en círculos, suavemente no tienes un lugar dónde esconderte, —porque no lo necesitas. A todo lo largo de la playa Lee yacen conchas rotas en la arena, me guiñan como ojos brillantes, desde el mar. Aquí hay una del color del amanecer, más antigua de lo que te imaginas, todavía yace ahí, donde alguna ola descuidada la olvidó hace mucho tiempo. Cuando desperté esta mañana, había una paloma en mi casa flotante, inclinada graciosamente sobre la marea para observar cómo vagaban los peces. Ahí escuché el relato de los marineros del Sandra María, dicen que hay otra isla a varios días de aquí, libre y desierta. Desde aquí hasta Venezuela, no hay otra cosa que ver que cien mil islas, flotando como joyas sobre el mar, para ti y para mí. La tarde huele a comida. Las mujeres me llaman para terminar mis historias, pero quizá te vea en el próximo lugar cercano y tranquilo, mientras tanto, recogeré mis velas
David Crosby
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