Murales
En la pared encontré un nombre escrito y una fecha. Salud, compañero, contesté el mensaje, y me sentí menos solo.
En el muro de enfrente alguien ha dibujado un rancho de dos aguas, con su corredor y su cocotero. Cuando la sombra aleve me aprieta las pupilas, el ranchito, de golpe, abre una ventana con sol: una bocanada de vida.
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