Rodolfo Hinostroza |
Nota introductoria |
La importancia de una obra poética no se mide por su extensión ni por su número de páginas sino por la intensidad con que logra hacer suyas las inquietudes, las aspiraciones de una época (cada una requiere una imagen, un emblema, diría Pound), para darles voz y nombre. A lo largo de tres décadas, Rodolfo Hinostroza ha creado una obra en la que vemos reflejarse, con gran nitidez, el espíritu de los tiempos. Desde luego, esto no significa que Hinostroza escriba con la intención de cronometrar el paso de los días y de los años, no; sus poemas poseen esa rara cualidad sin habérselo propuesto. Son, eso sí, poemas escritos por una persona que vive con los sentidos y la inteligencia permanentemente atentos al discurrir de la vida y a lo que ocurre en el mundo. Y le ha tocado en suerte ser testigo de algunos momentos cruciales: la amenaza de guerra entre Cuba y los Estados Unidos de Norteamérica en 1963 (experiencia que registra en "La noche", uno de los poemas de su primer libro, Consejero del lobo —por cierto, etimología de Rodolfo—), o el movimiento estudiantil francés de mayo de 1968, trasfondo de varios poemas de Contranatura.
Con los poemas de Hinostroza ocurre algo semejante a lo que Octavio Paz advierte en la poesía de Saint-John Perse: en ellos, los límites entre vida privada y acontecimiento público se disuelven. "Hoy ‒dice Paz‒ la historia no sólo ocupa todo el espacio terrestre... sino que invade nuestros pensamientos, deshabita nuestros sueños secretos, nos arranca de nuestras casas y nos arroja al vacío público. El hombre ha descubierto que la vida histórica es la vida errante." Hinostroza ha pasado temporadas más o menos largas en Chile, México, Jamaica, Cuba, España, Francia, porque no ha querido, según sus propias palabras, "perderse del mundo". Y esto le ha permitido ‒para citarlo una vez más‒ "vivir muchas vidas". Las vidas de toda la gente de su generación en diferentes partes del planeta. Creo que esto es lo que confiere a sus poemas, y particularmente a Contranatura, un rigor tan extraordinario. En parte, este libro es el resumen o el compendio de lo que ha dado en llamarse "la década prodigiosa": la cultura contestataria de los sesenta, suma de las ideas de Marx, Freud, Nietszche, Jung, Norman O'Brown, el I Ching, la astrología, los Beatles y un largo et allium. En ese libro se captura un sentir que estaba en el aire, y lo vuelve concreto, palpable. De ahí que Contranatura señalara un hito en la poesía hispanoamericana, con hondas repercusiones que significaron una inmediata corriente de imitadores. Naturalmente, el libro era y es inimitable porque además de ese sentir colectivo, o en su base, estaba la experiencia personal del poeta; Contranatura es una aventura en pos del conocimiento, emprendida por un poeta dueño ya de su oficio, en pleno uso de sus poderes, con suficiente pericia verbal para crear artefactos perdurables. En este sentido, es una investigación sobre los límites de la poesía que pone en juego sólidos conocimientos de muchas materias, desde el ajedrez hasta las matemáticas pasando por la poesía clásica, la renacentista y la moderna (esta última sintetizada en la poética de Ezra Pound, figura tutelar del libro), y no teme combinarlos con los lenguajes de la hora: el cine, los comics, rock, etcétera. Como la época que recrea y refleja, Contranatura es irrepetible. Pero a diferencia de la época, que ahora yace como las ruinas de una ciudad bajo las aguas del desencanto crítico, Contranatura pervive. ¿Por qué? Regreso a la luz de Paz: aun si la época se queda sepultada, "el lenguaje reabsorbe los hechos, los transmuta y, por decirlo así, los redime (...) el poeta nos da el sentimiento y el sentido de la vida histórica". La clave se encuentra, justamente, en la palabra canto. Esto es lo que distingue a un poema de una crónica, por más que ambos informen sobre el curso del tiempo y de los hechos. Canto es lo que sostiene y hace perdurable un poema como "Imitación de Propercio", incluso cuando, puesto a reflexionar sobre los años sesenta (de los cuales los setenta son una suerte de coda, sobre todo en América Latina), Hinostroza afirme que "nos faltó decisión para luchar por el Poder, porque por entonces pensábamos que éste era intrínsecamente malvado". Digamos que ésta es una caída del poeta, pero el poema no se ve afectado en lo más mínimo a causa de ella. Por mi parte, creo que no se puede hablar del Poder en términos de bondad o maldad, pero que debemos recordar que no existe Poder sin sometimiento (Huxley dixit: el privilegio de los cuantos se da sobre la carencia de los muchos). Pero esto es sólo un comentario al paso y no quiere decir que Hinostroza padezca una disminución de facultades críticas ni mucho menos. Contra cualquier declaración circunstancial para una encuesta o una entrevista ‒declaraciones, por necesidad, siempre circunstanciales‒, los poemas de Hinostroza revelan una visión del mundo, de la vida y de la poesía, cada vez más compleja y amplia. Véase, por ejemplo, "Para llegar a Nazca", dedicado al pintor y escultor Emilio Rodríguez Larraín, su compatriota, quien en los últimos años se ha dedicado a la realización de esculturas deliberadamente efímeras (como el Templo cúbico al que el poema hace referencia, arrojado al mar por su autor) y perecederas, hechas con barro de la costa peruana. La poesía de Rodolfo Hinostroza, en la que se alían con singular fortuna lo sensual ‒el oído para el habla de los barrios bajos de Lima, por ejemplo‒ y las referencias culturales, continúa en la línea de indagación que se trazó desde un principio y es, como él quiere, limpia y transparente. ("¿Encontráis mis palabras oscuras? La oscuridad está en vuestras almas".) Para que Hinostroza ocupe un lugar eminente en la poesía escrita en nuestra lengua, basta el medio centenar de poemas que ha entregado a la imprenta en los últimos treinta años, pétalos arrojados al abismo en espera de escuchar su eco. Esta parquedad, valga decir por último, es un rasgo casi típico de la poesía peruana de este siglo; pensemos en Emilio Adolfo Westphalen, en Blanca Varela, Oquendo de Amat, José Watanabe (una de las excelentes voces nuevas del Perú) o en el mismo César Vallejo, cuyos cuatro libros de poesía lo hacen inagotable. Con todo, los lectores confiamos en que la obra poética de Hinostroza se prolongue a lo largo de muchas páginas más. |
|
Nota biográfica |
Rodolfo Hinostroza nació en Lima, Perú, el 27 de octubre de 1941. Pasó parte de su infancia en Huaraz, ciudad enclavada en la cordillera andina. Hizo estudios de medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1961). También hizo estudios de letras inglesas en la Universidad de San Cristóbal La Habana, Cuba, donde ingresó en 1962. Allí terminó de escribir su primer libro de poemas, Consejero del lobo, publicado en Cuba y en Perú en 1965. Después de un breve retorno a Lima marcha a Europa. En París, en 1970, concluye Contranatura (Barral Editores), segundo libro de poemas, con el que obtiene ese mismo año el Premio Maldoror, otorgado en Barcelona por un jurado integrado por Octavio Paz, Féliz de Azúa, Carlos Barral, José María Castellet y Jaime Gil de Biedma. Reside en Europa por más de doce años. Durante esa estancia, junto con Jacques Roubaud y un grupo de poetas franceses, realiza una notable edición del célebre poema de Stéphane Mallarmé, Un coup de dées. En 1978 publica Aprendizaje de la limpieza (Tusquets, Cuadernos Ínfimos), libro que se inscribe por igual en la poesía que en el género de las memorias, en el cual hace un recuento de casi diez años de tratamiento psicoanalítico. En la década de los ochenta vuelve a Lima y colabora en diversos diarios y revistas con ensayos literarios y, ocasionalmente, nuevos poemas. Éstos, más otros dispersos en distintas publicaciones internacionales, escritos a lo largo de veinte años, y los dos libros antes mencionados, constituyen sus Poemas reunidos, impresos en 1986 por Mosca Azul Editores, en Lima.
En 1987, gana el Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo, con "El benefactor", publicado en México por Sábado, suplemento cultural de unomásuno, en 1989. También es autor de una extensa obra de teatro, Apocalipsis de una noche de verano (Instituto Nacional de Cultura, Lima, 1988). En 1994 publicó su novela Fata Morgana, y en 1997 ganó el premio "Arte Nuevo" con su pieza teatral Cuadrando el Círculo. Cuatro años después, publicó Cuentos de Extremo Occidente (2001). Hinostroza ha escrito también una guía para viajar por México, editada en Francia; una guía de la cocina peruana (es un gastrónomo apasionado y un excelente cocinero) y es autor de un sistema computarizado de astrología. En 2005 publicó en la editorial española Everest Primicias de Cocina Peruana (premiado en Pekín, en Nueva York y en Madrid) y el libro de poesía Memorial de Casa Grande, al que le siguió Nudo Borromeo y otros poemas (2006). En diciembre de 2007, Visor Libros publicó su Poesía Completa. Vive con su mujer, Ingrid Spikes, y con sus hijos Cayetana (1986), Lorenzo (1989) y Ruy (1991). |
Los bajos fondos I |
Estaban ya distribuidos
los más altos oficios... |
Ahora que se hunden las nodrizas inglesas |
|
Él iba a ser el padre de Anakairo. Su nodriza le predijo: "Tendrás un hijo como una lanza esbelto, bello como el heno salvaje. En los campos de arroz se criará y cuando cante callarán las estepas, y los ríos y los mirlos callarán. A mediados del siglo tendrás un hijo tierno como el primer tañido de las campanas, diestro como una ballesta, inteligente como un guarismo o una joven esponja. En su ciudadanía será amado y él amará, será seguido y él seguirá, será creído y él creerá. Casará con la más bella de la ciudad y en sus bodas tú serás el primero en beber el vino patriarcal. Será tu hijo a mediados del siglo." (¡Anakairo, Anakairo! En tu infancia atravesada de pájaros salvajes y de piedras planas que debieron de ser talismanes, se te busca. Yo no sé si aquello tan salobre haya contaminado la región de los sueños donde moras. No sé si aún habrá un estío que cuide de tus carnes vistiéndolas de seda y de jugos terrestres. Se te busca Anakairo después de la horrorosa caída de tu padre, después del desplome de su ciudad, aquella que en las noches de luna olía como almendro y cerezo.) El que iba a ser tu padre está ahora distanciado del mundo de los vivos, del mundo de los muertos también, hay que decirlo. Aquella muerte tan atroz, la suya, penetra entre nosotros como una sola frialdad. El sol brilla de noche ahora y nunca nos es útil. Sólo nos va quedando el prestigio del mar, que un día habíamos negado con las uñas hundidas en la tierra. (Qué te lleva lejos, Anakairo, qué te ausenta definidamente de este nuestro pequeño mundo de suyo tan ausente. Hemos escanciado ese vino que amabas, que llegarías a amar, en tu funeral. Hubo palomas y nardos. Los amigos fieles concurrieron; los amigos que tú hubieras amado y que hoy rondan las mesas de madera como perros de presa.) Anakairo, niño horrible, pequeño tarado lleno de pústulas y de piojos blancos por lo que te perseguían entre piedras y befas los niños crueles como niños que eran. Hombre ya escupido, apto sólo para trabajar en las alcantarillas y convivir con las ratas. ¡Anakairo, Anakairo! Así se te hubiera preparado una morada de piedra abarrotada del prestigio de tus antepasados. Hubieras visto crecer las fieras ante tus ojos exhaustos, hubieras construido prontamente un dios de hierro, de escombros de nuestros hierros. Niño tarado, babeante, y sin ninguna crueldad en tus babas brillantes. El que iba a ser tu padre jugaba, como tú, con ciudades y mitos. Tal vez lo sepas en la región de sueños donde moras. Tal vez lo sabes, Anakairo, hermoso niño, Anakairo. |
Algo de dialéctica |
& proceder según la habitual negación que descascara los edificios, cava zanjas en las avenidas y se esconde detrás de la mentida Arcadia de la vida en familia. Según la regla de oro que descubre en los hombres de negocios una turbia avidez, una ratería, y en el poder una arbitrariedad, una maldiciente esponja de mil ojos. De manera que la vida dependa de la muerte, la salud de millones de enfermos, el poder de los desposeídos. La Naturaleza dijo: "No obstante si niegas el milagro de la carne, de las hortalizas y de la inteligencia eso es como matar a la gallina de los huevos dorados". Y proseguimos negando y afirmando dentro de ciertas leyes que una vez conocidas quedan incorporadas, y el fenómeno atómico y las sulfonamidas, son utilizadas como enseres de casa, ocupando su espacio en los botiquines y en los viejos depósitos de herramientas. Adelante no hay nada. Solo la negación o nuestra afirmación, según el caso. El Imperio caerá. Matarán al rumiante. Se inventará una nueva variante del Gambito de Dama. "Pero no estás aquí" dijo la medusa, "Ni tampoco allá. La negación te conduce a romper esos vínculos sin los cuales retardas tu incorporación al movimiento." Y en verdad, consideremos: Las grandes aguas no pueden abarcar tu movimiento, las palabras que calientan y oxidan el fondo de la tierra no pueden abarcar tu movimiento, y la órbita del sol marchando hacia la constelación de Hércules o Hidra indica que te mueves, y no obstante no te mueves dentro de los tuyos, y los tuyos te exceden, y te excedes a ti propio balanceándote entre un mundo de símbolos y una academia de pruebas. Según la regla de oro no hay contacto pero es que si hay contacto, eres la desgracia de Narciso y eres el que se reconoce, y hacia atrás ya no hay nada, como no sea una brusca memoria que te lleva a tu estruendoso fin de adolescencia. |
Gambito de rey |
Y continué P4 AR
"Jugada peligrosa", dijo el Maestro, "de la escuela romántica. Andersen sale así en la Inmortal. Cuide Ud. 4T y tal vez haga tablas" Y salieron mis escuadras imprecisas transparente mediosueño bajo el canto del pájaro campana y el árbol que todo lo sabe desplegando sentencias en románicas. PxP aceptó el Negro. Y yo C3AR. Y por entonces la Realidad era una impetuosa fantasmagoría/ cierto impulso en la materia del ánima humana la conduce a negar el pasado. "¡Eh!", insistí otra vez "¿Cómo voy a seguir? Qué decir de la Historia si es licencia poética decir que se repite, que el incesante error de los vencidos se repite, que el Poder del Imperio se repite" Algo hay, yo te diré que te conduce a afirmar el pasado y a repetir un acto equivocado para sentir que existes/ porque eres desdichado por ejemplo/ y es inútil el acto, pero no obstante obligado de repetir, pudiera ser que en el siguiente ciclo se abran las puertas de la justicia o de la paz. Ah ¡Esa repetición spengleriana! / Espanto lúdico perdido en sus orígenes. Gigantesca esfera de leyes implacables Nunca nadie jugó dos partidas iguales: así creer en la repetición histórica es pura necedad. Mira bien: ahora el Negro llevará el Alfil a 2D, y ésa es Defensa Cunningham. de largas consecuencias. Supuse que volviendo agradaría a todos si es que hablaba de amor y alegría, aunque malditas las ganas que me quedaban, pero aquí huyen del melancólico como del apestado en el s. XIV y todo se ha perdido, aunque haya bautizado este regreso con un sonoro nombre griego: NOSTOS Extraño en Ecbatana, como dice Mc Leish. Adiós, culeados sueños, adiós tu pulso, tallador de brillantes el regreso no significa nada, la miserable comunión de los cielos con cualquier otra cosa jamás se ha producido, y hay algo que acelera la fuerza de las cosas: una quieta barbarie de los tuyos oculta entre palabras y unos gestos ambiguos. Nostos: destierro del amor. Adiós gran árbol que ibas a florecer y te quemaste; adiós frutas enanas,, parábola de Anteo, etc. que las gentes echan tierra a tus ojos, y esa es toda la tierra que te han dado. Cuídate del ridículo Cuídate del epíteto Cuídate de la verdad en boca de los niños. "Audacia, más audacia, siempre audacia", recordé haciendo A4AD. El Maestro insistió: "4T está desamparada". Y se siguieron una serie de golpes: su A5T jaque(+) mi CxA y el suyo DxC y nuevamente jaque. Así llegó la hora de velar al gran amor. Los manjares del banquete nupcial sirvieron para el banquete de difuntos. Hamlet, act I, viceversa, y grité: "¿Eh? ¿Quién ha muerto? ¡En esta casa no se muere nadie! ¡Es la casa del amor, del olvido, de la reconciliación!" Eso dije y los pájaros picotearon mis riñones y creo que el pórtico de una casa en mi espíritu se derrumbó crujiendo como el hueso de un ave. El Maestro salmodiaba en un tablero lejano: "Hablemos de dialéctica viviente, o alquimia del espíritu, como se llamaba hace 8 siglos: una fuerza que se opone a otra fuerza actúa sobre la contradicción del enemigo. Enroque Ud. consolídese/ conózcase a sí mismo/ no juegue ningún rol sea Ud. todas las piezas del tablero/ sienta la amputación de un miembro cuando cae un peón. Un Yo compacto, un Yo visible, si no revierte sobre la propia Historia es un poder desperdiciado, una pura metáfora hedonista. Observe Ud. la armonía de la Defensa India del Rey". Pero quieren decirme ¿de qué juego me hablan? Los últimos cisnes cantaron con horribles aullidos de castrati. Una mano indecisa sacrificó el P en 3C, y PxP, la rápida respuesta D2R, y el Negro siguió P7C. Jaque descubierto. Y todo fue arriesgado y todo fue perdido. Así ellos los audaces sobre un punto de una esfera bruñida quisieron encender lo que se dice el fuego incorruptible. Pero no hubo movimientos alados, ni ayuda, ni piedad. ¡Oh descomedidos campesinos! ¡Ah, las brutales manadas de los satisfechos que imaginan tomar parte en el banquete! Mala peste al país que abandona a sus héroes, que caen como una estampa bíblica con la sal en el rostro. Y un hombre se apoya contra un árbol, disponiéndose a acabar su vida con dignidad: escucha: K.550 entre el murmullo de las ametralladoras el minuet se enfrenta al infinito sabiendo de antemano que será derrotado y así fue el canto de la revolución, amor, amor. Así pues devoraron bellotas haciendo lo que se llama el recuento de muertos. Y siguió mi fatal R1D y el PxT coronando abrió la persecución implacable crucé mi D en 1A. "¿Sabes lo que jugamos?" preguntó el Negro "¿Qué?" dije estúpidamente. "Tu fe. Y tu futuro." Utopía se cae, se cae. Los sueños ruedan a las alcantarillas ángeles incoloros vagan sin ruta y sin objeto entre las agujas de los templos ruedas ardientes giran con los descabezados ¡Mi escuadra! ¡Mi orgullosa escuadra! ¡Mi querido Yo Mismo! Entre la música de los escupitajos y los murmullos de los paterfamiliae. D5C (+). Una fangosa eternidad de espera; luego el lento movimiento al A2R. Y DTxD "¡Mate!" aulló el Negro derribando las sillas escarlata. / Act. V. Telón/ La implacable esfera las leyes implacables. 64 escaques y el universo se comba sobre sí mismo. No hay afuera, no hay escape hacia otra dimensión donde todo esto sea la historia del reptil, la historia del anfibio, la pura prehistoria. "Pero vuelva a jugar" dijo el Maestro "una partida es sólo una partida. La especie humana persiste en el error, hasta que sale una incesante aurora fuera del círculo mágico". Entonces a la partida siguiente jugué en 3) A5C. "¿Ruy López?" observó el Maestro "Usted aprende". |
Imitación de Propercio |
I
Oh César, oh demiurgo, tú que vives inmerso en el Poder, deja que yo viva inmerso en la palabra. ¿Cantaré tu poder? ¿Haré mi SMO? ¿Proyectaré slides sobre la nuca de mis contemrporáneos? Pero viene tu adjunto sosteniendo que debo incorporarme al movimiento si no, seré abolido por el movimiento. No pasare a la Historia, a tu Historia, oh César. 80 batallones quemarán mis poemas, alegando que eran inútiles y brutos. No hay arreglo con la Historia Oficial. Pero mis poemas serán leídos por infinitos grupos de clochards sous le Petit Pont y me conducirán a los muslos de Azucena pues su temporalidad será excesiva cosa comunicante. Sous le Petit Pont hablando del Tiempo sin implicaciones políticas corre el Sena, río de cerezas, río limpio, y hacia las seis de la tarde las cosas se naturalizan y no conseguirás oh César que yo me sienta particularmente culpable por los millones de gentes hambrientas. II Los imbéciles han renunciado al Poder: yo me confieso imbécil. Ese juego pragmático y salvaje por el que bramo y huyo, cosa en la cual he quemado la mitad de mi juventud por aceptar Tu Realidad, oh, César, por decir mi bocado shakesperiano. Y así es miserable el tiempo que se pasa sobre la tierra suponiendo que no hay un infinito y además el mundo de que me sentía mediador no existió jamás, y no lo verán mis días. Un puto inútil según los expedientes de tu estado, Señor de Gran Poder, un joven lúdico nonsense. Cantaré a la risa y al ridículo: ésas son cosas ciertamente inmortales, no tu poder, no tu barbarie, oh César. Yo huyo, según tu entendimiento arrojando latas de cerveza a América vagando sous le Petit Pont donde cantan los jóvenes melenudos las más bellas romanzas de la época. III Oh César, van llegando tus panfletos: "Si no te ocupas de política la política se ocupará de ti" puro chantaje. ¿Qué puede un centurión contra mis sonrisa? ¿Amenazado de muerte? Y morirán mis reinos interiores, mis poemas, mi nombre ¿será excluido de las conversaciones? Corriente. Creerás que has ganado, Oh César. Eugenio Marchbanks sale, pero ellos nunca sabrán cuál era su secreto. IV La Historia es la incesante búsqueda de un domo cristalino que hay que mirar como jamás nadie ha mirado y tus ojos son de esta tierra, Oh César el poder corrompió a la Idea pero la Idea queda arbotante y tensión sobre un espacio de aire. Tienes quien te haga las canciones heroicas un puñado de máximas para defenderte de la muerte y puedes arrasarlo todo hombre que duerme. /No mandes a tus terroristas a convencerme que cante tu célebre continuum represivo yo reposaré esta noche entre los muslos de Azucena y veremos unicornios en las paredes y nuestros cuerpos se moverán hacia Hércules & Lyra y la energía que emana de un cabello será bastante magia para esta noche. V Necesitado de armonía —ante un grabado de Albers amarillo sobre amarillo, dos cuadrados/ sabiendo que aún hay mediadores— necesitado de armonía, Oh César sigo el largo cabello de Azucena la gracia y encarnación detenida en el arco de St. Severin serruchando una mano entrando en Shakespeare & Company papel sobre papel una mano detenida sobre una página gótica —en algún sitio está la belleza mortal— y haremos el amor sobre el papel y no la guerra y su cuerpo ondulará y ella estará distanciada de todo una gota de sudor resbalando nítidamente sobre su espalda hasta rendir el alma. VI Para arrasar el Poder se precisa el Poder: yo buscaré el Tao & Utopía. Oh César no me sueltes a tus perros de presa la otra margen quizás no he de alcanzar quizás me turbe la contemplación de la belleza y quede detenido otra vez detenido por un cuerpo sensible a la virtud de un río qué fueron sino rocío de los prados qué fueron sino verdura de las eras y pasaron miserablemente sus días en la tierra Mi amada me espera en la Puerta de Lilas iremos en auto-stop a Salzburgo Mozart prende las estrellas nos revolcaremos sobre campos de avena una vez más hacer el amor será un milagro entre dos o tres y las suecas de largas piernas el invierno nórdico cantando cosas lúbricas forever descubriendo la dulzura del Oro de Acapulco nuestra propia dulzura la naturaleza bienamada robando frutas vendiendo baratijas hechas por nuestras manos viajando hacia el verano o el otoño los desiertos alquímicos bellas palabras en idiomas extraños y acamparemos bajo las estrellas ritos órficos/sueños espuma de mares jóvenes y mortales donde no lleguen tus gerifaltes Oh César a intentar que cantemos al Poder. VII La cotidianidad puede ser tan hermosa como el heroísmo sin salir de su casa se puede conocer el mundo el movimiento del aminoácido y los astros atravesado de energía concibiendo cómo es que el universo se ensamble desde arriba por el cambio incesante y una manzana otra vez una manzana mordida por la belleza rubia se lleva el paraíso goteando y la otra margen no habremos de alcanzar mediadores entre el mundo de la realidad y el mundo de los sueños quietos en la contemplación cabras que pastan entre los rododendros un pueblo de sucias chimeneas abajo y el roce de una mano puede precipitar el éxtasis avant-garde de un mundo que entrevemos trizado por el Poder que avanza sobre sí mismo y crece sobre sí mismo ayer y hoy en su naturaleza hay algo de maligno ahora y siempre. VIII Oh, Señor de Gran Poder mi poesía acabará conmigo animal mortal hecha por un animal mortal pero será leída por jóvenes tan jóvenes que creerán que es un viejo el que escribe nítidos mejores esperan con enormes grupos el Metro de las 6 andróginos y bellos la noche fue de amor y marihuana vienen del Norte y del Este quién necesita una patria los insultos no pueden contra ellos semejantes al alba Oh César ignorando el Poder. IX No cantaré tu empresa, César: Hay un solo cantor para el ascenso y hay mil para el descenso descubre entre tu gente al elegido y que no sea tarde muerto apaleado envejecido mudo dentro & fuera en un cruce de caminos clavado a una cruz invertida ojos que vieron la disputa del Poder y aceptaron le mélange atroz mientras nosotros los mil del Este y del Oeste un rêve, una visión de una Historia pulsátil que se cierra y nos echa hora del Poder nuestra hora es la diáspora la Idea marcha sobre la tierra retumba como un tonel pero en lo nuevo vive el germen de lo viejo & viceversa y la empresa final asume formas definidas el cuello de botella se abre hacia el infinito y no cantaremos César poderes temporales sino el total del diálogo o rien du tout. X Frente a la Normandía la marea se retira 13 kilómetros brota el camino anegado que conduce al Monte St. Michel un rêve una visión Azucena lava sus largas piernas musitando canciones goliardas espera incesantemente detenida pero el mar se retira y la otra margen acaso alcanzaremos no más la historia del Poder pero de la armonía millones de utopistas marchan silenciosamente NSE & O piedra embebida en sangre que lloramos oh piedras levitadas por amor la otra margen acaso alcanzaremos el mar se ha retirado y Azucena aguarda amante incansable y ligera XI Bajo el signo de Scorpio ciclo de la verdad y la putrefacción con la opción del suicidio en el círculo de fuego para a su vez podrirse y engendrar. |
Celebración de Lysístrata |
War, he sung, is toil and trouble
honour but an empty bubble y ese verano estábamos tendidas en las playas de España incandescencia de ojos tomé un caracol y lo puse sobre mi sexo quieto ahí dije y a mi amiga esa luz Turner que nos borra nos saca del planeta breve humo azul y me desentumecí entre tres muros blanqueados blanco de cal pensé y me revolví una vez más en el lecho él dormía y vi: botas kepí correhuclas en algún sitio un arma un manojo de flechas atravesando el cuarto pero su cuerpo era como un arco iris odrido por la violencia no sabrá qué es lo que ha dormido con él haz el amor no la guerra hazme el amor no la guerra repetí en su oído él prometió y juró pero no sabe y duerme indefinidamente. II Never ending still beginning fighting still and still destroying Le advertí y dije No es heroísmo no amo a esa clase de héroes 1.83m 21 años sano cree en los Hell's / Angels escribió y dijo: "Marga, la vida del ejército es la mía; hay un tesoro de compañerismo. Me siento más hombre que en tus brazos ‒etc." Hice el amor con un hindú; sus brazos eran frescos y su lengua dulcísima rodamos entre el heno nos rodearon cantando los pájaros salvajes y él habló de las constelaciones again y en Silver Street nos insultaron: le abrí la camisa y besé su pecho hundido: "Ponme encinta" murmuré "antes de que él regrese" & le espera una larga noche de llanto llamándome ramera y arrastrada o la ficha US Army: "A las 23 h. a 10 km, de Da Nang..." III If the world be worth thy winning think, O thinki it worth enjoying & varias de esas luces de magnesio se balancearon sobre la playa y vi: éramos como 5 000 que dormíamos o hacíamos el amor o fumábamos en silencio sólo el oleaje plac roar plac roar y Antoine: "Es mejor que te vistas no tardan en llegar" Envolví el Oro de Acapulco y lo escondí en mi slip reí: sombras reptantes: reí. & estrépito/furia/camiones/jeeps/soldados/gases y un imbécil gritaba: "¿Quién es Russell? ¡Agarren a Russell!" Les entregamos flores y sonrisas y el puro canto de la Giovinetta deslumbrados mirando caer las bengalas entre dos me arrastraron & sentí el temblor de su mano en mis muslos "¿Quieres?" dije "No ahora" dijo sudando reí: "No nunca" y me golpeó con el dorso de la mano. IV Lovely Thais sits beside thee take the good the gods provide thee pero la primavera no ha terminado the Youth aún sin astucia Don't trust anyone over 30 ojos agua azul y los veleros eran de cristal aéreas praderas de Marte & Etoile la tomé de la cintura y dije nuestros cuerpos son jardines tomemos del mundo la belleza usemos de esta dialéctica inmisericorde sorprendidos por los deportes de invierno ese blanco estuvo en las flores y las bugambilias eran sangrientas corza frágil teme la tierra y te acercaste a las puertas de la Cité los guardias te desnudaron & preguntaste han visto a mi amante desplazándonos entre paréntesis de aire creamos belleza donde había miseria así amor en vez del odio verdad y no exterminio en Dachau crecen lilas oh ves oh ves y no más arrinconarse a meditar alguien musitaba la canción de Fergus en la noche desertores US Army War is good business invest your son no callaré por más que con el dedo O my Youz! |
Para llegar a Nazca |
(Conversaciones con Rodríguez Lorraín) |
1.
"Imagínate una especie de bulldozer amarillo en el Mercado Central, empujando una inmensa masa de basura, como una ola contra un muro. Imagínate una chiquilla preciosa, la falda al viento —¡aquí hay unas mujeres!— algo así como una Venus chola, que en lugar de emerger de la espuma del mar, emergía de la basura, con el pelo mojado. Fue una visión tan fuerte, que anduve varios meses vagando por la Costa, antes de hallarla. Y cuando la miraba, fascinado, ¡casi me roban el carro!" Tercer Mundo: una epifanía con hampones, un teorema con narcos, aquí la Regla Áurea, da proporción de catástrofe al desastre: "Si sumas las cifras posteriores a las anteriores, tomando como punto de partida el Uno, vas a ver cómo se ordena El Mundo —la carta XXI del Tarot— y una mujer desnuda viene a ti rodeada de guirnaldas de basura, un manojo de luz en cada mano: "¡Oh! ¡Te he esperado tanto!" ¡Ñangas! 2. "Las percepciones hablan, y no solamente hablan, sino que me he pasado dos años esperando que hablen. Es más corto que esperar el correo de New York, París o Berlín para saber cuál es la onda." ¡Eh! Y La escultura que enterraste en el mar, Cabo Creus, Aphrodisium, ¿ha florecido ya? ¿Florecerá antes del fin del mundo? El misterio labrado por el mar ¿se hará visible? Los perros del océano se frotan el pellejo en las aristas del Templo Cúbico, que yace bajo 70 brazas de agua, sagrado porque no está a la venta. 3. "Una ciudad alimenta a su hombre con aristas, visiones y desechos. Trabaja como la propia naturaleza, como el viento y la lluvia sobre el techo (he dejado unos cuadros sobre el techo) y produce accidentes. Tiene algo de profundamente femenino". Al fondo, el Cono de Oro, esa escultura que parece una escuadra, abre las piernas como una máquina deseante. ¿Qué es? ¿El eco de una conversación en Cadaquez jugando una partida de ajedrez? "Cuando tenga sus Reglas serán en Oro puro". 4. En el departamento pelado y solitario hay una luz de fondo de verano, y sobre el muro una empalizada de voyeur: penachos y vendajes, árnica para el Tótem (la búsqueda del Graal se hace para curarlo) y un viento del desierto aúlla entre estas planchas bárbaras "Son las tablas del container donde traje mis cosas de Europa. Ahí hay todo un lenguaje. No he corregido nada." Una serie de gestos espontáneos Escucha: "El espíritu no se deja expresar espontáneamente: sólo lo hace en virtud de una espontaneidad superior, toda penetrada de reflexión ". 5. La camioneta ronronea entre el polvo: por centésima vez Lima-Paracas-Lima hendiendo los desiertos teocráticos. Barro y quincha los sacerdotes-arquitectos, con un graffiti obsceno en las espaldas. "¡No hay nada más arrecho que Chan-Chan, todita en barro! Es la materia del país, o al menos de la Costa. ¡Ese Coño Emplumado lo hice con los plumeros de Polvos Azules, un Pubis Prehispánico en adobes y plumas! ¡Cuando introducíamos los mangos en el barro, ya no podíamos más, de puro armados!" (Stop) 6. El viento ¿ordena? ¿desordena? ¿las dunas? ¿cuáles dunas? "¿Ves? La idea es una inmensa escultura de once veces once columnas formando un cuadrilátero en la arena. Nada más. Ahí creo que hasta me gustaría vivir. Sólo que me tomarían por un loco obstinado ascético, tipo María Reiche. Pero no hay nada más loco, obstinado, ascético, que éste desierto." Ves? Se hizo arder el cuerpo de una mujer en las arenas y un hombre avanzó hasta la boca del desierto "¡Oe! ¿Dónde estás yendo? ¡Oe! ¡Oe!" Lima, mayo del '84 (citas de Pound, Kierkegaard, Perse) |
Nudo borromeo |
Un hombre vaga durante numerosos años fuera de su patria, estrechamente vigilado por Poseidón, y solo. Aristóteles |
Y ahora remontas rué Vavin subiendo a Montparnasse |