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Algo de dialéctica |
& proceder según la habitual negación que descascara los edificios, cava zanjas en las avenidas y se esconde detrás de la mentida Arcadia de la vida en familia. Según la regla de oro que descubre en los hombres de negocios una turbia avidez, una ratería, y en el poder una arbitrariedad, una maldiciente esponja de mil ojos. De manera que la vida dependa de la muerte, la salud de millones de enfermos, el poder de los desposeídos. La Naturaleza dijo: "No obstante si niegas el milagro de la carne, de las hortalizas y de la inteligencia eso es como matar a la gallina de los huevos dorados". Y proseguimos negando y afirmando dentro de ciertas leyes que una vez conocidas quedan incorporadas, y el fenómeno atómico y las sulfonamidas, son utilizadas como enseres de casa, ocupando su espacio en los botiquines y en los viejos depósitos de herramientas. Adelante no hay nada. Solo la negación o nuestra afirmación, según el caso. El Imperio caerá. Matarán al rumiante. Se inventará una nueva variante del Gambito de Dama. "Pero no estás aquí" dijo la medusa, "Ni tampoco allá. La negación te conduce a romper esos vínculos sin los cuales retardas tu incorporación al movimiento." Y en verdad, consideremos: Las grandes aguas no pueden abarcar tu movimiento, las palabras que calientan y oxidan el fondo de la tierra no pueden abarcar tu movimiento, y la órbita del sol marchando hacia la constelación de Hércules o Hidra indica que te mueves, y no obstante no te mueves dentro de los tuyos, y los tuyos te exceden, y te excedes a ti propio balanceándote entre un mundo de símbolos y una academia de pruebas. Según la regla de oro no hay contacto pero es que si hay contacto, eres la desgracia de Narciso y eres el que se reconoce, y hacia atrás ya no hay nada, como no sea una brusca memoria que te lleva a tu estruendoso fin de adolescencia. |