Material de Lectura

 


De Nueva expulsión del paraíso (1990)
Los años
Elio Antonio de Nebrija, Gramático en guerra
De hambres y hombres
Presencia, completa ausencia
Los ríos
Gente
Árboles

LOS AÑOS

I

En nuestras manos no están los años,
los años están en sí mismos
más allá de nosotros.
En nuestras manos está el aire.

II

Los años están en su lugar, en apariencia,
porque fijándonos bien
no hay un lugar
donde estén los años.

III

Uno nunca se fija dónde pone los años,
o dónde cree ponerlos;
los días se quedan en nosotros
y no miran el lugar donde se han ido.

IV

Un año no nos lleva a otro,
se lleva a sí mismo;
o nos deja en nosotros,
mirándonos entre año y año.

V

Los años son como las cosas,
no nos sienten cuando los tocamos,
cuando mucho nos tocan
sin sentirnos.

VI

Al año próximo nunca llegamos,
nos quedamos en el año presente,
en nosotros,
de donde nunca salimos.

VII

Estábamos afuera de nosotros
cuando miramos pasar el año,
y nunca supimos que mirábamos
pasar nuestra ausencia.

VIII

Quizás en otro mundo
aquello que miramos un momento
no fue un momento,
fue un tiempo más largo que nuestra propia vida.

IX

Aprendemos a hablar cada día el mundo,
y creemos saber por completo
el lenguaje del año,
cuando ya nos deja.

X

El año es quizás el juego serio
de la vida en la tierra,
de lo que se da sin darse
y de lo presente ausente.

 


ELIO ANTONIO DE NEBRIJA, GRAMÁTICO EN GUERRA

La palabra es el pensamiento
pronunciado en la boca.

Fr. Hortensio Félix Paravicino,
Marial y Santoral, f. 159.

...que a no ser de Dios palabra,
no la obedeciera el tiempo.

D. Antonio de Mendoza,
Vida de Nuestra Señora.
Dejó su nacimiento, Guadalquivir abajo;
dejó los años de su niñez en su tierra
para pasar a Italia y restituir los autores latinos desterrados
de España.
Volvió a Salamanca, abrió tienda de la lengua latina
con la intención de desbaratar la barbaria
tan ancha y luenga mente derramada.
La barbaria imperante en todas las ciencias
tenía que combatirse con el arma de la gramática:
que al borde de la ventana el ver y el verde
deben ir con el verbo y la verdad.

Elio Antonio de Nebrija, en la Universidad de Salamanca,
habló la contienda, verificó el campo de batalla,
confrontó a los vendedores de términos,
a los maestros que tenían profesión de letras
y el hábito de echar por la boca verbos;
provocó y desafió, denunció guerra a sangre y fuego:
que no es el mundo palabras ociosas,
y si hablásemos la lengua original
podríamos recobrar el paraíso.
(Su desconocimiento nos hace extranjeros en la tierra.)

Vencidos los gramáticos, triunfó sobre los juristas,
que no habían digerido los Digestos de Justiniano;
atacó a los teólogos que equivocaban la Escritura;
derrotó a los médicos, confundidos en las obras de Plinio,
y a los historiadores, ignorantes de las Antigüedades
de España.

Examinó a los maestros lengua de buey, lengua de perro,
lengua de estropajo y lengua de víbora,
desentendidos en las voces con que el hombre articula
sus conceptos.
Hasta que lo venció la muerte, verbosa de oscuridad,
que aun el otro mundo tiene su lenguaje propio.

 


DE HAMBRES Y HOMBRES

El hambre que horada
Las paredes del hombre,
busca salir al aire.

Ocupación de hombre:
hilar horas
con la aguja del hambre.

Matar el hambre
es matar al hombre,
porque no hay hambre sin hombre.

El hombre
no hace años,
hace hambres.

En el hombre,
la hembra
enhebra hambres.

El hambre es un halcón
encerrado
en las paredes del hombre.

En este mundo de hombrientos,
no hay mayor placer
que el de hartar hambres.

El hombre tiene hambre,
hambre de aire,
hambre de sed,
hambre de hombres.

 


PRESENCIA, COMPLETA AUSENCIA

Abrí la puerta,
vi el dios;
no tenía manos,
no tenía pecho,
no tenía pies,
no tenía cara,
no tenía sexo,
no tenía sombra.

Presencia, completa ausencia.

 


LOS RÍOS

Naturaleza de los ríos es correr
y su verbo fluir.
Han caído del cielo,
de la lluvia o del cerro.
Llevan en sus cauces sapos y sangre, sauces y sed.
Algunos fueron concebidos en lechos de amor
por mujeres mortales,
y dieron nacimiento a héroes, a tribus
y a hombres secos de todos los días
que los llevan por nombre.
Son figurados como un cuerpo verde
con las piernas cruzadas y los brazos abiertos,
un espejo cambiante que refleja a un ojo que huye,
un agua dulce que camina de prisa.
En la adoración de las gentes
merecieron un altar, no un templo;
se les arrojó en sacrificio caballos y bueyes,
doncellas vestidas de los atavíos
de una diosa con la cara amarillenta.

En este valle verdusco,
antes corrían ríos rutilantes,
cenizos, castaños y cárdenos,
púrpuras, perdidos y pardos;
quebrajosos, vocingleros, berreando
bajaban de la montaña humeante,
salían a los llanos lerdos,
tentaban a la temprana Tenochtitlan.
Hoy van mugiendo entubados, menguados,
pesados de aguas negras, crecidos de mierda;
ríos sin riberas, risibles, con riendas,
rabiosos, rabones, ruidosos de coches;
avanzando a tumbos por la ciudad desflorada,
desembocando en los lagos letales,
y en el marcado mar, que ya no los ama.

 


GENTE

Alejandro Martínez Morales,
nació en Contepec, Michoacán,
en mayo de 1916,
un día del cual no se acuerda.
Desde hace 44 años recoge el correo
que deja el tren de México
en la estación ferroviaria,
y lo lleva al pueblo de Tepuxtepec,
corriendo por el llano como un viento.
Dice, que nunca le ha llegado carta.

 


ÁRBOLES

En el lugar donde el árbol cayere, allí quedará.
Eclesiastés, 11,3.

Veo hombres como árboles que andan.
San Marcos, 8, 24.

Son las fuerzas de Dios parecidas a las de un árbol.
El Bahir
1

Mi madre me dio un ciprés
para que creciera bajo su sombra;
yo busqué una arboleda
para andar bajo sus alas.

2

Nada más natural que adorar a un árbol,
cubierto nuestro día de follaje azul.

Nada más natural que subir caminos verdes
hasta alcanzar el fin de nosotros mismos.

3

Aun en sueños, los pies andan bosques desaparecidos;
aun cerrados, los ojos miran follajes inexistentes;
aun cortada, la mano acaricia la rama que se ha ido.

4

El hacha del espíritu
es la que derriba más árboles.

5

Así pasen los siglos,
los fantasmas del bosque
perseguirán al talador impío.

6

El espíritu del talamontes
andará siglos de mediodías
buscando sombra
en un bosque de árboles talados.

7

En este siglo,
el hacha del mal
se vuelve contra la idea de árbol.

14. Detritus Federal

Frente a los volcanes invisibles,
en los basureros de las laderas peladas,
pastan los hombres
su smog de cada día.

17

Arrasado el bosque de tu infancia, ¿adónde voltearás
para hallar tus pasos que no hicieron camino en el día
verde?
Cortados los oyameles de tus años de niño, ¿adónde
escucharás
la voz del poema, que como serpiente herida, volaba
entre las ramas?
Caídos los muros de tu casa, ¿adónde descansarás
cuando la tiniebla invada las cavernas de tu cuerpo?
Talado y quemado el cerro de tu pueblo, ¿a qué cima llegará
la Mariposa Monarca, imagen de la resurrección del invierno?

28

Los hijos de Caín
van por el mundo
matando hombres
y derribando árboles.

38. Tema de Yeats

Fue más bella que mi primer amor
esta encina en la niebla.