Homero Aridjis Nota introductoria de Kenneth Rexroth VERSIÓN PDF |
Nota introductoria Los espacios azules |
Homero Aridjis no sólo es ampliamente considerado uno de los mejores poetas mexicanos actuales, sino uno de los mejores poetas menores de cuarenta años que escriben en español. Pocos poetas demuestran, como él, de un modo más claro el desarrollo de un estilo internacional, y la reducción y síntesis de los grandes escritores de la edad heroica de la poesía moderna hacia un lenguaje universal comprensible. Cazadores de influencias pueden hallar huellas de San Juan de la Cruz, Góngora y Eluard en la poesía de Aridjis, y detrás de ellos, los cantos místicos de los sacerdotes aztecas, así como de las canciones contemporáneas de iniciación de algunos indios. Los críticos también pueden encontrar a Laura Riding, Gunnar Eklund o a Kathleen Raine, a quienes él probablemente nunca ha leído. Esto no significa que es un hato de influencias; al contrario: quiere decir que él es un poeta visionario de beatitud lírica, concentraciones cristalinas y espacios infinitos. Quiere decir que su visión es la misma que la de un joven sueco en Estocolmo o la de una muchacha inglesa en el Lake Country. Lo que ha tenido lugar desde los días de la revolución de la palabra es consolidación. Un poeta como Aridjis se mueve confiadamente en un universo de discurso alcanzado por Robert Desnos, por instancia, sólo en la iluminación punzante de sus dos últimos poemas. Yo no puedo pensar en otro poeta de la generación de Aridjis en Latinoamérica que se sienta tan a sus anchas en los espacios azules de la iluminación —la iluminación del amor trascendente. Estas son palabras para una nueva Flauta Mágica. |
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Obras del autor |
Homero Aridjis nació en Contepec, Michoacán, el 6 de abril de 1940. |
Los ojos desdoblados, La Palabra, México, 1960. La tumba de Filidor, La Palabra, México, 1961. Antes del reino, Era, México, 1963. Mirándola dormir, Joaquín Mortiz, México, 1964. Perséfone, Joaquín Mortiz, 1967. Ajedrez-Navegaciones, Siglo XXI, México, 1969. Los espacios azules, Joaquín Mortiz, México, 1969. El poeta niño, FCE, México, 1971. El encantador solitario, FCE, México, 1973. Quemar las naves, Joaquín Mortiz, México, 1975. Vivir para ver, Joaquín Mortiz, México, 1977. Noche de independencia, Ultramar, Salvat, Madrid, 1978. Espectáculo del año dos mil, Joaquín Mortiz, México, 1981. Construir la muerte, Joaquín Mortiz, México, 1982. Playa nudista y otros relatos, Argos Vergara, Barcelona, 1982. 1492 vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla, Siglo XXI, México, 1985; Edhasa, Barcelona, 1990; Diana, México, 1991. El último Adán, Joaquín Mortiz, México, 1986. Memorias del nuevo mundo, Diana, México, 1988; Edhasa, Barcelona, 1991. Gran teatro del fin del mundo, Joaquín Mortiz, México, 1989. Imágenes para el fin del milenio & Nueva expulsión del paraíso, Joaquín Mortiz, México, 1990. El poeta en peligro de extinción, El Tucán de Virginia, México, 1992. La leyenda de los soles, FCE, México, 1993. |
A Betty, Cloe y Eva Sofia
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De Los ojos desdoblados (1960)
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[Cirabel] [Tiene la medida de mi sueño] [Yo el antiguo el nuevo] Tercer poema de ausencia |
CIRABEL llego siempre a tu aposento con una confusión de bocas y una zozobra de hombre a traerte la ofrenda cotidiana de mis manos huecas Más o menos cuando la ceniza de la noche se derrama sobre tus pupilas como ante una ciudad inerme Anudado tu grito de silencio no me dices nada y nos contemplamos como si no existieran nuestros cuerpos |
Elle a la forme de mes mains elle a la couleur de mes yeux. Paul Eluard |
TIENE LA MEDIDA DE MI SUEÑO los ojos de mi infancia ama lo que yo amo lo que no retorna lo que no llega todavía se levanta en mis párpados y de ahí hace volar sus sueños Se desplaza y permanece siempre es ella en todas partes saludando al universo Llena todos los días del mundo y aún no nace porque no tiene fin La encuentro en el silencio en la absolución pero ella está dispersa respirando en todo Si algún día llego a penetrar su alma le daré vendimias de su cuerpo el hombre el pasto la niebla |
YO EL ANTIGUO EL NUEVO por el derecho que me da mi cráneo hablo en nombre de los que no tienen la segunda boca para romper sus cápsulas de angustia y digo Nadie ha sido penetrado el hombre en su siniestra vocación de polvo es intocable |
Tercer poema de ausencia |
Tú has escondido la luz en alguna parte. Vicente Huidobro |
Tú has escondido la luz en alguna parte y me niegas el retorno, sé que esta oscuridad no es cierta porque antes de mis manos volaban las luciérnagas, y yo te buscaba y tú eras tú y éramos unos ojos en un mismo lecho y nadie de nosotros pensaba en el eclipse, pero nos hicimos fríos y conocidos y la noche se hizo inaccesible para bajarla juntos. Tú has escondido la luz en alguna parte, la has plantado en otros ojos, porque desde que ya no existes nada de lo que está junto a mí amanece. |
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De Antes del reino (1963)
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[Es tu nombre y es también octubre] [Te amo ahí contra el muro destruido] Epitafio para un poeta |
ES TU NOMBRE Y ES TAMBIÉN OCTUBRE es el diván y tus ungüentos es ella tú la joven de las turbaciones y son las palomas en vuelos secretos y el último escalón de la torre y es la amada acechando el amor en antemuros y es lo dable en cada movimiento y los objetos y son los pabellones y el no estar del todo en una acción y es el Cantar de los Cantares y es el amor que te ama y es un resumen de vigilia de vigilancia sola al borde de la noche al borde del soñador y los insomnios y también es abril y noviembre y los disturbios interiores de agosto y es tu desnudez que absorbe la luz de los espejos y es tu capacidad de hacerte mirar en las cosas y eres tú y soy yo y es un caminarte en círculo dar a tus hechos dimensión de arco y a solas con tu impulso decirte la palabra |
TE AMO AHÍ CONTRA EL MURO DESTRUIDO contra la ciudad y contra el sol y contra el viento contra lo otro que yo amo y se ha quedado como un guerrero entrampado en los recuerdos Te amo contra tus ojos que se apagan y sufren adentro esta superficie vana y sospechan venganzas y muertes por desolación o por fastidio Te amo más allá de puertas y esquinas de trenes que se han ido sin llevarnos de amigos que se hundieron ascendiendo ventanas periódicos y estrellas Te amo contra tu alegría y tu regreso contra el dolor que astilla tus seres más amados contra lo que puede ser y lo que fuiste ceremonia nocturna por lugares fantásticos Te amo contra la noche y el verano contra la luz y tu semejanza silenciosa contra el mar y septiembre y los labios que te expresan contra el humo invencible de los muertos
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EPITAFIO PARA UN POETA casi cuando tus lagos eran soles |
De Ajedrez-Navegaciones (1967)
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Melancolía |
En el escalón más bajo y en el escalón más alto de la escalera pública de la vida y la muerte |
De Quemar las naves (1975)
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Amantes
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AMANTES A oscuras baja por angosta calle amante en amada la multitud el multi-tú el tuyo yo el mutuo uno |
VENTANA Ser entre las cosas pequeñas una gota de agua o en la noche de la cocina un chícharo sobre la mesa o ir por el suelo suelto y oscuro como un hilo desenredado del carrete pero no morir de fatiga y deseo frente a la luz de la ventana como una abeja estorbada por el vidrio
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MARDIS LONGTEMPS VACANTS (S. Mallarmé) Se fue Édouard Manet —el ojo, la mano— para ordenar quizás el misterio del negro. Se fue Paul Verlaine ofendido de todo: la soledad, el frío, la penuria, la esposa. Se fue Arthur Rimbaud con su cara oval de ángel en exilio y sus manos rosas llenas de sabañones. Me fui también yo. Atravesando el más allá del verso encontré la muerte, la nada. |
De Vivir para ver (1977)
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Heredamos el dolor y lo transmitimos Turista de 1934 Putas en el templo Tezcatliploca, I Crimen |
HEREDAMOS EL DOLOR Y LO TRANSMITIMOS Sangre y palabras nos dejaron los viejos sangre y palabras dejamos a nuestros hijos junto al fuego cantamos a nuestros huesos afilamos nuestros puños los hacemos puñales ya casi muertos nos asesinamos ya casi nada nos sacamos los ojos sangre y palabras nos dejaron los viejos sangre y palabras dejamos a nuestros hijos |
TURISTA DE 1934 En una cama del Hotel Genève ella me preguntó por las montañas que rodean la ciudad de México yo contemplé los senos solitarios de su vida que como picos blandos se alzan a la caída de la noche ella me contó que en el Mercado del Volador compró joyas de hace cien años a precios razonables yo miré sus ojos sin valor alguno de aquí a cien años ella me preguntó por el Salón México donde los hombres bailan con overol y sombrero y por el restaurante El Retiro donde los aficionados al toreo los domingos en la tarde después de la corrida corren a comer las entrañas de los toros muertos yo la abracé en la noche íntima del cuarto y dancé en su oscuridad y comí en su vida ella me habló de paseos por los suburbios y me platicó de hombres a caballo que silbaban a su paso en Coyoacán y Churubusco yo sentí celos de lo que sus ojos vieron y de lo que no vieron finalmente al alba dormimos como un cuerpo solo sin plazas y sin calles sin caras y sin nombres rodeados por las sombras del país inmenso
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PUTAS EN EL TEMPLO
Llegaron una mañana de septiembre cuando ya se habían ido los turistas En los cuartos arruinados abrieron sus maletas se cambiaron los vestidos y por un momento desnudas frente al templo fueron aire carnalizado Las golondrinas huyeron de sus cuerpos al entrar ellas en el recinto oscuro y sus voces gárrulas sonaron en los muros como el ave más trémula en la tarde Al ponerse el sol los hombres de los pueblos vinieron a buscarlas e hicieron el amor con ellas en camas plegadizas que parecía iban a caer sobre las piedras y después en la noche A lo lejos se oyeron los perros los árboles los hombres la pirámide y el llano cantar el mismo murmullo de la vida Y por semanas bebieron y amaron en la ciudad antigua atravesando al moverse fantasmas y perros de la muer-te hasta que una mañana la policía vino a arrestarlas en un coche viejo y se fueron de Uxmal bajo la lluvia |
TEZCATLIPOCA, I Esa sombra esa discordia ese ojo que traspasa piedras esa rama seca en el árbol esa llaga en el pecho de la niña esa desilusión (disolución) en las cosas del hombre esa rabia de perro del hombre esa soledad en la cuchara en los muros ese aire esa aflicción ese espejo en el que han de desvanecerse las cosas |
CRIMEN La casa sin puerta. La ventana sin vidrios. El tejado con las tejas rotas. La jaula con los alambres torcidos y sin pájaro. La vaca en el lodo. El perro echado, lleno de moscas. El tapete roído. El barril de pulque desfondado. El gallo sin cresta. La carretilla sin ruedas, recargada en la pared. Un hombre flaco, barbón, con el pantalón parchado, los zapatos sin calcetines, bebe de un jarro agujerado. Dos rancheros bajo un árbol, con los sombreros sobre la frente, empuñan sus machetes.
Kilómetros y kilómetros de llano, de nadie, de cactos y de polvo. |
De Construir la muerte (1982)
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De un día de diciembre Entierro Tristeza postcoital Zona roja How poor a thing is man [El rey Nezahualcóyotl pintó en su cara] Sueño en Tenochtitlan Teotihuacan Fray Gaspar de Carvajal recuerda el Amazonas
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DE UN DÍA DE DICIEMBRE Desde temprano pesada de sueño la mujer arrastró su cuerpo fatigado por las horas iguales y de gris en gris llegó a la noche sin despertar Todo su día fue oscurecer |
ENTIERRO En sucesión los coches funerarios pasan junto al mercado de las flores como si a la calle populosa la cruzara un largo olor a muerto Sólo por un momento porque la tarde que huele a negro a gasolina y grito huele también a luz
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TRISTEZA POSTCOITAL Velozmente en la noche en cama estrecha viendo pasar las luces en el horizonte pareja hace rápidamente el amor en el tren (luego sentado uno frente a otra con las luces prendidas tristeza postcoital) |
ZONA ROJA Como una ternera de carne amoratada la hija del jardinero en la vitrina azul |
HOW POOR A THING IS MAN Nací en la Calle Pobreza esquina con Injusticia mis padres fueron Dignidad y Mañana Tal Vez siempre a la puerta del palacio de la señora Rectitud desde muy joven aprendí a comer aire y a apreciar lo Invisible en la escuela de la Privación Un día de lluvia porque estaba allí mojé mi puñal en el pecho de un general y pasé veinte años en la casa de la Realidad ahora soy libre para correr las calles de Nuestra Señora la Ciudad acompañado de Desgracia y Vejez |
EL REY NEZAHUALCÓYOTL PINTÓ EN SU CARA siete líneas de vida en cada raya iba el sonido que hace la luz en el aire y en el sonido el color que hay en las cosas pero un día la lluvia lavó en su cara las siete líneas de vida y el rey miró en el agua los ojos de otro Netzahualcóyotl que lo miraba (por sus miradas pasó la vida) |
SUEÑO EN TENOCHTITLAN 1 Toda la noche entre las casas blancas atravesé el canal los remos cortaban en el agua el verde silencioso de los sauces y revolvían las sombras de los templos Del otro lado del canal en una barca amarilla venías tú con la cara pintada de rojo y por un momento nuestras barcas se cruzaron bajo el puente azul y ya no pude seguir tus ojos que me miraron clavaron en mi corazón flechas de luz 2 Tus ojos dejaron en el aire pájaros azules y tu cuerpo dejó a su paso cuerpos luminosos alrededor de ti todo se calmó las gentes que pasaron por las calles entraron una en otra sin salir de sí mismas yo atravesé tu cabeza transparente yo levanté tus manos impalpables yo bebí luz de tu pecho yo un gallo negro nos despertó |
TEOTIHUACAN Idos los hacedores de soles y de lunas los constructores de templos y de tumbas desvanecidos los dioses en los cerros y perdidos los hombres en la noche por la desierta calle sólo vaga un perro hambriento con toda el hambre de la historia en sus entrañas y todas las puertas cerradas a su paso ¿Quién siguiéndolo por la Calzada de los Muertos atravesando los espectros que flotan en la tarde entre serpientes mariposas y pájaros al penetrar el espacio de la ciudad fantasma no ha de llegar por siempre al destino del hombre? Aquí donde se construyó una y otra vez el templo sobre el templo y el hombre sobre sus cenizas aquí en el poniente extremo donde se precipitaron juntos sacerdotes y edades y donde el quinto Sol se ha de hundir en la noche terrestre brilla todavía nuestro sol cotidiano Muertos los dioses y deshechas sus obras los siglos al final se hacen palabras ruinas mordidas por la luz y el viento y el hombre en su agonía no sabe hacia dónde reclinar la cabeza ni con qué voces dirigirse a la muerte mientras por el valle desolado sólo pasa el más inasible de los dioses el aire |
FRAY GASPAR DE CARVAJAL RECUERDA EL AMAZONAS Viejo y enfermo no tengo miedo a la muerte: ya morí muchas veces. Por el río grande he navegado y he visto sombras colgando de la luz y ecos brotando del sonido sordo que provoca el choque de las aguas con el mar abierto. De entre las ramas cálidas de la máscara verde de la orilla he visto surgir la flecha emponzoñada y he visto caer del cielo como aguja y tizón el rayo y el calor. Debajo de todo lecho hay un esqueleto acostado y en toda agua corre una serpiente de olvido. Más difícil es ser un viejo que tiene frío en las horas que preceden al alba y sentir dolor de huesos en la estación de lluvias que seguir en un barco perdido el cauce del río más caudaloso del mundo. Como todo hombre, día tras día he navegado hacia ninguna parte en busca de El Dorado, pero como todo hombre sólo he hallado el fulgor extremo de la pasión extrema de este río, que por sus tres corrientes: hambre, furor y cansancio, desemboca en la muerte |
De Imágenes para el fin del milenio (1986)
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Vientos de piedra Monte Albán Las momias Lluvia en la noche [Un día un hombre olvida] [Las palabras no dicen] [El cuerpo de la mujer es inmenso] Asombro del tiempo |
VIENTOS DE PIEDRA Cuando el viento huía por los llanos el hombre vino y lo hizo piedra cuando el sol caía por sus rayos el hombre vino y lo hizo piedra cuando la serpiente corría por el tiempo el hombre vino y la hizo piedra capturó a la muerte con los ojos apresó a lo invisible con las manos fijó la impermanencia en una forma y en todas esas formas metió dioses Pero el viento metido en una piedra se hundió en el polvo y en la hierba el sol del mediodía bajó a la noche y la serpiente emprendió el vuelo la muerte salió de su escultura se fue a los caminos y a los pueblos y desde entonces anda con cabeza humana El hombre fantasma de sí mismo fue demolido por sus propios dioses De todo aquello hubo lo que quedó al principio: unas piedras |
MONTE ALBÁN Aquí cayó la luz. Aquí el olvido se hizo piedra, ceniza y lodo, hueso y cráneo. Aquí el aire se hizo ave, el vuelo árbol, el hambre hombre, el valle fuga y el monte lluvia verde. Aquí el hombre volvió al barro, regreso al silencio, se metió en la noche.
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LAS MOMIAS Solo entre las momias me pregunto si el destino de toda carne no es el horror. Su condición presente borra todo pasado y sólo expresa una desolación perpetuada en una mueca fija. “¿Para esto hemos nacido?”, gritan en silencio, “¿para que los viajeros del tiempo vengan a ver el rostro de la Muerte? ¿Para que en el espejo de su porvenir vean en qué ruina se convierten? Lejos estamos de nosotras mismas en una carroña que no duele. Quiera Dios concedernos un día el reposo anónimo del polvo.” |
LLUVIA EN LA NOCHE Llueve en la noche sobre las calles húmedas y los tejados viejos sobre los cerros negros y los templos de las ciudades muertas En la oscuridad oigo la música ancestral de la lluvia su paso antiguo su voz disuelta Ella hace caminos en el aire más rápidos que los sueños del hombre hace senderos en el polvo más largos que los pasos del hombre El hombre morirá mañana morirá dos veces una como individuo y otra como especie y entre los relámpagos y las semillas blancas que atraviesan las sombras hay tiempo para todo un examen de conciencia tiempo para contarse la historia humana Llueve Lloverá en la noche pero en las calles húmedas y en los cerros negros no habrá nadie para oír la lluvia |
UN DÍA UN HOMBRE OLVIDA un mar un continente y un planeta olvida las facciones de su padre y las huellas de su propia mano olvida el fulgor de sus ojos en otros ojos y el sonido del agua en su cabeza olvida el timbre de su voz y el ruido de su sueño que despierta a otros pero no a sí mismo olvida el traje y la casa que habitó la calle y la ciudad que lo olvidaron olvida el amor la revelación la muerte el espejo que no devuelve ya su imagen Un día un hombre se olvidará a sí mismo olvidará que olvida |
LAS PALABRAS NO DICEN lo que dice un cuerpo subiendo la colina al anochecer las palabras no dicen lo que dice un colibrí en el aire al mediodía las palabras no dicen lo que dice un perro esperando a su amo que nunca volverá las palabras no dicen lo que dice el paso de la mujer y el movimiento en el árbol de la mañana las palabras no dicen lo que siente un fresno al ser fulminado por un rayo las palabras no dicen la sensación de nacer de amar y de morir las palabras son las sombras atadas a los pies de un hombre que avanza demasiado rápido entre la multitud son párpados de sueño con que el hombre cubre el amor que no alcanza a comprender |
EL CUERPO DE LA MUJER ES INMENSO el cuerpo de la mujer nunca se acaba es profundo como un túnel que mira hacia dentro de la tierra Bloqueada en sus orillas abrazada en sus ángulos cubierta en sus bocas por todos los cuerpos de este mundo los labios no pueden sellarla las manos no pueden asirla el deseo no la penetra el amor no la alcanza |
ASOMBRO DEL TIEMPO Te curan de la muerte y no te salvan de ella.
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México, D.F., 2 de septiembre de 1986 Contepec, Michoacán, 7 de septiembre de 1986 |
De Nueva expulsión del paraíso (1990)
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Los años Elio Antonio de Nebrija, Gramático en guerra De hambres y hombres Presencia, completa ausencia Los ríos Gente Árboles |
LOS AÑOS I En nuestras manos no están los años, los años están en sí mismos más allá de nosotros. En nuestras manos está el aire. II Los años están en su lugar, en apariencia, porque fijándonos bien no hay un lugar donde estén los años. III Uno nunca se fija dónde pone los años, o dónde cree ponerlos; los días se quedan en nosotros y no miran el lugar donde se han ido. IV Un año no nos lleva a otro, se lleva a sí mismo; o nos deja en nosotros, mirándonos entre año y año. V Los años son como las cosas, no nos sienten cuando los tocamos, cuando mucho nos tocan sin sentirnos. VI Al año próximo nunca llegamos, nos quedamos en el año presente, en nosotros, de donde nunca salimos. VII Estábamos afuera de nosotros cuando miramos pasar el año, y nunca supimos que mirábamos pasar nuestra ausencia. VIII Quizás en otro mundo aquello que miramos un momento no fue un momento, fue un tiempo más largo que nuestra propia vida. IX Aprendemos a hablar cada día el mundo, y creemos saber por completo el lenguaje del año, cuando ya nos deja. X El año es quizás el juego serio de la vida en la tierra, de lo que se da sin darse y de lo presente ausente. |
ELIO ANTONIO DE NEBRIJA, GRAMÁTICO EN GUERRA |
La palabra es el pensamiento
pronunciado en la boca. Fr. Hortensio Félix Paravicino, Marial y Santoral, f. 159. ...que a no ser de Dios palabra, no la obedeciera el tiempo. D. Antonio de Mendoza, Vida de Nuestra Señora. |
Dejó su nacimiento, Guadalquivir abajo; dejó los años de su niñez en su tierra para pasar a Italia y restituir los autores latinos desterrados de España. Volvió a Salamanca, abrió tienda de la lengua latina con la intención de desbaratar la barbaria tan ancha y luenga mente derramada. La barbaria imperante en todas las ciencias tenía que combatirse con el arma de la gramática: que al borde de la ventana el ver y el verde deben ir con el verbo y la verdad. Elio Antonio de Nebrija, en la Universidad de Salamanca, habló la contienda, verificó el campo de batalla, confrontó a los vendedores de términos, a los maestros que tenían profesión de letras y el hábito de echar por la boca verbos; provocó y desafió, denunció guerra a sangre y fuego: que no es el mundo palabras ociosas, y si hablásemos la lengua original podríamos recobrar el paraíso. (Su desconocimiento nos hace extranjeros en la tierra.) Vencidos los gramáticos, triunfó sobre los juristas, que no habían digerido los Digestos de Justiniano; atacó a los teólogos que equivocaban la Escritura; derrotó a los médicos, confundidos en las obras de Plinio, y a los historiadores, ignorantes de las Antigüedades de España. Examinó a los maestros lengua de buey, lengua de perro, lengua de estropajo y lengua de víbora, desentendidos en las voces con que el hombre articula sus conceptos. Hasta que lo venció la muerte, verbosa de oscuridad, que aun el otro mundo tiene su lenguaje propio.
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DE HAMBRES Y HOMBRES El hambre que horada Las paredes del hombre, busca salir al aire. Ocupación de hombre: hilar horas con la aguja del hambre. Matar el hambre es matar al hombre, porque no hay hambre sin hombre. El hombre no hace años, hace hambres. En el hombre, la hembra enhebra hambres. El hambre es un halcón encerrado en las paredes del hombre. En este mundo de hombrientos, no hay mayor placer que el de hartar hambres. El hombre tiene hambre, hambre de aire, hambre de sed, hambre de hombres. |
PRESENCIA, COMPLETA AUSENCIA Abrí la puerta, vi el dios; no tenía manos, no tenía pecho, no tenía pies, no tenía cara, no tenía sexo, no tenía sombra. Presencia, completa ausencia. |
LOS RÍOS Naturaleza de los ríos es correr y su verbo fluir. Han caído del cielo, de la lluvia o del cerro. Llevan en sus cauces sapos y sangre, sauces y sed. Algunos fueron concebidos en lechos de amor por mujeres mortales, y dieron nacimiento a héroes, a tribus y a hombres secos de todos los días que los llevan por nombre. Son figurados como un cuerpo verde con las piernas cruzadas y los brazos abiertos, un espejo cambiante que refleja a un ojo que huye, un agua dulce que camina de prisa. En la adoración de las gentes merecieron un altar, no un templo; se les arrojó en sacrificio caballos y bueyes, doncellas vestidas de los atavíos de una diosa con la cara amarillenta. En este valle verdusco, antes corrían ríos rutilantes, cenizos, castaños y cárdenos, púrpuras, perdidos y pardos; quebrajosos, vocingleros, berreando bajaban de la montaña humeante, salían a los llanos lerdos, tentaban a la temprana Tenochtitlan. Hoy van mugiendo entubados, menguados, pesados de aguas negras, crecidos de mierda; ríos sin riberas, risibles, con riendas, rabiosos, rabones, ruidosos de coches; avanzando a tumbos por la ciudad desflorada, desembocando en los lagos letales, y en el marcado mar, que ya no los ama. |
GENTE Alejandro Martínez Morales, nació en Contepec, Michoacán, en mayo de 1916, un día del cual no se acuerda. Desde hace 44 años recoge el correo que deja el tren de México en la estación ferroviaria, y lo lleva al pueblo de Tepuxtepec, corriendo por el llano como un viento. Dice, que nunca le ha llegado carta. |
ÁRBOLES |
En el lugar donde el árbol cayere, allí quedará.
Eclesiastés, 11,3. Veo hombres como árboles que andan. San Marcos, 8, 24. Son las fuerzas de Dios parecidas a las de un árbol. El Bahir |
1 Mi madre me dio un ciprés para que creciera bajo su sombra; yo busqué una arboleda para andar bajo sus alas. 2 Nada más natural que adorar a un árbol, cubierto nuestro día de follaje azul. Nada más natural que subir caminos verdes hasta alcanzar el fin de nosotros mismos. 3 Aun en sueños, los pies andan bosques desaparecidos; aun cerrados, los ojos miran follajes inexistentes; aun cortada, la mano acaricia la rama que se ha ido. 4 El hacha del espíritu es la que derriba más árboles. 5 Así pasen los siglos, los fantasmas del bosque perseguirán al talador impío. 6 El espíritu del talamontes andará siglos de mediodías buscando sombra en un bosque de árboles talados. 7 En este siglo, el hacha del mal se vuelve contra la idea de árbol. 14. Detritus Federal Frente a los volcanes invisibles, en los basureros de las laderas peladas, pastan los hombres su smog de cada día. 17 Arrasado el bosque de tu infancia, ¿adónde voltearás para hallar tus pasos que no hicieron camino en el día verde? Cortados los oyameles de tus años de niño, ¿adónde escucharás la voz del poema, que como serpiente herida, volaba entre las ramas? Caídos los muros de tu casa, ¿adónde descansarás cuando la tiniebla invada las cavernas de tu cuerpo? Talado y quemado el cerro de tu pueblo, ¿a qué cima llegará la Mariposa Monarca, imagen de la resurrección del invierno? 28 Los hijos de Caín van por el mundo matando hombres y derribando árboles. 38. Tema de Yeats Fue más bella que mi primer amor esta encina en la niebla. |
De El poeta en peligro de extinción (1992)
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Un poema de amor [No sólo los idiomas de los hombres mueren] Retrato de mi padre con tijeras El poeta en peligro de extinción El vacío
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UN POEMA DE AMOR Cuando hable con el silencio cuando sólo tenga una cadena de domingos grises para darte cuando sólo tenga un lecho vacío para compartir contigo un deseo que no se satisface ya con los cuerpos de este mundo cuando ya no me basten las palabras del castellano para decirte lo que estoy mirando cuando esté mudo de voz de ojos y de movimiento cuando haya arrojado lejos de mí el miedo a morir de cualquier muerte cuando ya no tenga tiempo para ser yo ni ganas de ser aquel que nunca he sido cuando sólo tenga la eternidad para ofrecerte una eternidad de nadas y de olvido una eternidad en la que ya no podré verte ni tocarte ni encelarte ni matarte cuando a mí mismo ya no me responda y no tenga día ni cuerpo entonces seré tuyo entonces te amaré para siempre |
NO SÓLO LOS IDIOMAS DE LOS HOMBRES MUEREN no sólo el bronce de la cabeza de Sulla se abre no sólo el tigre de Bali se extingue hay lenguajes privados que se apagan hay sueños que nos rompen los ojos hay animales nuestros que mueren de irrealidad en la calle No sólo los panteones de las épocas pasadas están llenos de dioses olvidados el amor de los hombres está hecho de palabras perdidas
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RETRATO DE MI PADRE CON TIJERAS Llueve en Contepec, mi padre está en la tienda y las tijeras en su mano se abren como dos cuchillas. Las tijeras al cerrarse rasgan la manta, tela de pobre, como si la vida se vendiera por centímetros. El metro sobre el mostrador ignora lo que mide, ¿o su madera mide en secreto la tristeza de mi padre? Porque tendero y cliente parecen cortados por la misma tijera, la de la tristeza sin razón ni límite. Llueve en Contepec, la tarde empedrada viene por la calle hacia la casa donde mi madre cuece los duraznos. Es una tarde verde que anda por los cerros y abre la puerta del zaguán, puerta de toda maravilla. |
EL POETA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN 1 —El poeta está en peligro de extinción —dijo el señor de los bigotes. —El poeta es alguien de otra época que va por el día diciendo cosas que nadie entiende —dijo la señora. —El poeta habla el lenguaje olvidado de los hombres, mientras un albañil se cae de un edificio —dijo el comerciante. —El poeta escribe libros que nadie quiere publicar ni vender ni leer —dijo el profesor. —Deberíamos formar una sociedad para proteger a los poetas en peligro de extinción —dijo la señora. 2 —Baudelaire nunca fue popular —dijo el señor de los bigotes. —A Dante, después de setecientos años poca gente lo lee —dijo la señora. —Góngora, absuelto y resurrecto ha caído de nuevo en el olvido —dijo el profesor. —¿Qué podríamos hacer para que el público conozca más a los poetas? —preguntó el comerciante. —Nada, absolutamente nada —dijo el poeta. —¿No decían que esta clase de hombre estaba ya en peligro de extinción? —preguntó el señor de los bigotes. 3 Dijo el poeta: Por las calles del neblumo ensartar lunas; en el mundo de la comunicación expresarse en lenguajes olvidados; en el mercado de las cosas que se huelen, se comen y se palpan, o duran mil años guardadas, tocar el cuerpo de la mujer inexistente. Frente a la ventana de mi cuarto ver pasar a mi doble entre los coches como a un animal en peligro de extinción. |
EL VACÍO (Obra en un acto) Un cuarto. En las paredes no hay un cuadro, una grieta, una mancha, una araña. Del techo, de cordones pelados, cuelgan dos focos fundidos. La entrada, sin puerta, da a una pared verde sucio. La ventana, con el vidrio quebrado, no tiene hora. En un rincón hay una mesa con nada. En el silencio que sigue no se oyen pasos, voces ni crujidos. En el cuarto no hay nadie. Nadie llega. La obra puede durar un minuto o toda una vida. |
México, D.F., viernes 27 de diciembre de 1991 |