Material de Lectura

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De Antes del reino (1963)
[Es tu nombre y es también octubre]
[Te amo ahí contra el muro destruido]
Epitafio para un poeta

ES TU NOMBRE Y ES TAMBIÉN OCTUBRE
es el diván y tus ungüentos
es ella tú la joven de las turbaciones
y son las palomas en vuelos secretos
y el último escalón de la torre
y es la amada acechando el amor en antemuros
y es lo dable en cada movimiento y los objetos
y son los pabellones
y el no estar del todo en una acción
y es el Cantar de los Cantares
y es el amor que te ama
y es un resumen de vigilia
de vigilancia sola al borde de la noche
al borde del soñador y los insomnios
y también es abril y noviembre
y los disturbios interiores de agosto
y es tu desnudez
que absorbe la luz de los espejos
y es tu capacidad
de hacerte mirar en las cosas
y eres tú y soy yo
y es un caminarte en círculo
dar a tus hechos dimensión de arco
y a solas con tu impulso decirte la palabra

 


TE AMO AHÍ CONTRA EL MURO DESTRUIDO
contra la ciudad y contra el sol y contra el viento
contra lo otro que yo amo y se ha quedado
como un guerrero entrampado en los recuerdos

Te amo contra tus ojos que se apagan
y sufren adentro esta superficie vana
y sospechan venganzas
y muertes por desolación o por fastidio

Te amo más allá de puertas y esquinas
de trenes que se han ido sin llevarnos
de amigos que se hundieron ascendiendo
ventanas periódicos y estrellas

Te amo contra tu alegría y tu regreso
contra el dolor que astilla tus seres más amados
contra lo que puede ser y lo que fuiste
ceremonia nocturna por lugares fantásticos

Te amo contra la noche y el verano
contra la luz y tu semejanza silenciosa
contra el mar y septiembre y los labios que te expresan
contra el humo invencible de los muertos



 


EPITAFIO PARA UN POETA

I

Antes de que las nieblas descendieran a tu cuerpo
antes del grumo de vacilación en los ojos de tu máscara
antes de la muerte de tus hijos primeros y de los bajos
fondos
antes de haber equivocado la tristeza y la penuria
y el grito salvaje en el candor de un hombre
antes de haber murmurado la desolación sobre
los puentes
y lo espurio de la cópula tras la ventana sin vidrios

casi cuando tus lagos eran soles
y los niños eran palabras en el aire
y los días eran la sombra de lo fácil

cuando la eternidad no era la muerte exacta que
buscábamos
ni el polvo era más verosímil que el recuerdo
ni el dolor era nuestra crueldad de ser divinos

entonces cuando se pudo haber dicho todo impunemente
y la risa como una flor de pétalos cayendo

entonces cuando no debías más que la muerte de un poema
eras tuyo y no mío y no te había perdido