In memoriam Bertha S. Zacatecas
empiezo por tu historia de los últimos días el rictus como de alas en la ciega levadura o el deseo en la espalda el velamen con su rumbo a los cielos y ahí sí desatar las partículas o cardúmenes del tiempo levar de un cuerpo cada vez más tierra y agua aspersión del músculo en aves como átomos e incierto plumaje cresta secreta en el lomo-luz de la galaxia elemento y sólido tal vez pero de otro modo que materia ya brotan las cifras o cenizas por tu cuerpo son otros ojos otros oros aunque artífices grises del no ser otros cauces otras fauces también otros trances en pos de las palabras que te hicieron y también desmenuzaron tu luz en aquel instante fue abandonar la luz pero no sólo porque ya sabías que el infierno son los rostros el mirar a tu otro con esa visión herida cuando buscabas hasta en mis ojos otros otros más transparentes también porque aprendiste muy rápido tu muerte algo vasto y éter algo con demasiado abismo por delante algo como cáliz de un néctar que ya sabías puro aire abandonado por la luz o sea la dura sombra del ser puerto ya para la nave hiriente de las horas te viertes en granos por la única tierra a todos prometida ya no el pulso sino el eco de los pulsos idos cuando germina en ti otra carne que vive para matar tu carne vueltas que da la muerte sí para ser tu muerte respiras por fin el fin (un murmullo como si trizas del cielo) y ya no es tierra o mar lo que guarda tu horizonte ni es tampoco horizonte lo que ahora te ofrenda el horizonte cuando un falso fruto te viene minando el seno rizoma como de cuerpo creciendo traidor dentro del cuerpo tu última metáfora tal vez sea el árbol y anida bultos de cáncer y entrega tus pulmones al platino el tiempo acaba con las falsedades del tiempo en la villa láctea de tu rostro desfallecen ya sendos iris ahí es cuando fulges con una extraña mirada como si un humo diamantino invadiera tus ojos desde dentro si esa otra máscara (de falsa luz) fue tu muerte tu vida fue volar contra el vidrio que nos separa de la vida como sea depositas tu cuerpo en mis manos tu piel donde el frío clava las heladas moléculas del tiempo (algo abate las flores y los frutos algo detiene nuestros corazones algo los pone en mala sal y pudre algo nos rasga hasta sangrar ceniza y cuando nos enteramos ya es tarde algo nos deja primero andar y andar algo nos da hilos contra el laberinto algo como luz que inflama la sangre algo como olas enfermas de ilusión y cuando dice su verdad ya es tarde algo late sólo para minarnos algo crece hasta otear mil espejismos algo cual rayo y humo sin embargo algo que inflama y al instante ahoga y cuando raja el aliento ya es tarde algo que se dice alma y es gusano algo en ala de orgasmo asfixiándonos algo rosa y cielo pero en ponzoña algo como beso pero sin labios y cuando nos da la palabra ya es tarde algo que aduerme el seso y nubla el ojo algo que parece vuelo y es sierpe algo que derrite lava en las córneas algo que sí está más allá de Hypnos y cuando vemos su rostro ya es tarde) estarás en las sonrisas que alumbró tu boca en eso arde un símbolo y se intuye la mirada en el crepúsculo como el oro escondido pero vivo en el brumal cintilar de ondas por billones en el oro otro del reflejo nada de bramar y ansiar parcas como los tristes recuerde pues el seso (ya no dormido) cuan presto vendrá el placer más lenitivo una vez en plan de antimateria calma o tigre igual será la fuerza por fin cumplida del deseo qué tal cuando esplendas diosa y rayo en el solsticio nadie ni siquiera omnipotente te asestará un juicio final te hallaré en el aroma de las ninfas por venir como el piélago en el cántaro endeble pero firme del silencio será un mar de ardentía la niña en tus mil ojos tú como piedra primera y más honda de la línea y el cimiento la casta del óleo en el gran altar del misterio oh fuente sin fin y embrión así en la gleba como en la sal y nube señoreas en el paso muelle del felino te gesta y pare la matriz temblorosa de la ola y la corriente así como el canto rodando de labio en labio o los aullidos tarahumaras y la hojarasca que siempre nada claro que tus signos abandonarán su costra leeré tu santo y seña en la estrella y en la niebla o en el semen y el tumulto de granos vertido por la espiga dirá de ti como el sol crío en los marfiles del hermano lobo serás el seno y sino en la causa y el efecto lloverás nevarás y posarás como césped sobre tu polvo desaparecerás del concepto de naufragio sin cometer el terror de poner la llaga en la uña y en la flama fragor (aunque discreto) en los astros y úteros me abrazarás con la onda ecuménica de tu cuerpo nuevo y sin fin ideal para que nada te separe de nada absolución de la materia inmune así a la enfermedad del tiempo extraño ardid la muerte para innovar tu vida te infiltrarás igual en el calor de la mano que en el glaciar eso sin tocar la joya en que te convertirás el suelo-luz que soñará el horizonte para ser horizonte se acabó la distancia entre tu nombre y el mármol ya eres el paraíso con su errancia y su ingenuo afeite de tiempo de una vida sólo puede nacer otra vida me aguardarás con labios de alba cuando me llegue la hora del viaje
Fragmentos de Treno a la mujer que se fue con el tiempo
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