Material de Lectura

Denise Levertov



Hora de dormir
El dolor del matrimonio
Tulipanes rojos
Nuestros cuerpos



Hora de dormir


Somos un prado donde zumban las abejas,
mente y cuerpo son casi uno

como el fuego crepita en la estufa
y nuestros ojos se cierran,

y boca a boca, la cobijas
sobre nuestros hombros,

dormitamos como caballos en el campo,
de acuerdo; aunque el frío otoñal

circunda nuestra cama tibia, y aunque
de día somos singulare y muchas veces solos.

 


El dolor del matrimonio


El dolor del matrimonio:

muslo y lengua, querido
pesan con él,
rebota en los dientes

Buscamos comunión, querido,
y somos rechazados
ambos

Es leviatán y nosotros
encerrados en su barriga
buscando alegría, alguna alegría
no conocible fuera,
dos a dos en el arca de
su dolor.



 


Tulipanes rojos


Tulipanes rojos
que viven en su muerte
abochornados de azul selvático

tulipanes
que se vuelven alas
oídos del viento
conejos con los ojos en blanco

viento del oeste
que sacude el vidrio flojo

pétalos que caen
con ese sonido que uno
atiende

 


Nuestros cuerpos


Nuestros cuerpos, todavía jóvenes
bajo la grabada ansiedad de nuestros
rostros, e inocentemente

más expresivos que rostros:
pezones, ombligo y vello púbico
hacen de todos modos una

especie de rostro: o considerando
las sombras redondeadas
en pecho, nalga, cojones

lo regordete de mi vientre, el
hueco de tu
ingle, como una constelación,

cómo se inclina desde la tierra
hasta el amanecer en un gesto de
juego y

sabia compasión
nada como esto
viene a darse

en ojos o pensativas
bocas.
           Amo

la línea o surco
que desciende
por mi cuerpo del esternón
a la cintura. Habla de
anhelo, de
distancia.

               Tu larga espalda,
color de arena y
configuración de huesos,
dice
lo que a la puesta del sol dice el cielo
casi blanco
sobre un profundo bosque al
que vuelve una manada de cornejas.