Sonetín
Recibí los churupos —cien maracas—. No es florecilla —rosa o dalia o cori—. ni del Cisne el postrero gori-gori: es un soneto más, sin alharacas, Señor bardo Pastori, allá en Caracas. No es madrigal o Doraminta o Clori, ni varapalo a los Idola Fori, ni a las trincas beocias o bellacas. Es un soneto, acuse de recibo de poeta a poeta —más ni menos—: no es despedida ni es momento mori. ¡Oxte la morte! ¡Raca! Estoy muy vivo. Saluda a los cofrades. Que estén buenos. El Soneto de Hoy a Luis Pastori.
Estrambote
¡Oh León que entre bardos te destacas como el más pertinaz!: hubo un tal Gori, —muy prócer, otro sí—; y hubo un Liguori —muy santo, creo—; y hay un Luis Pastori, —cual León pertinaz— que está en Caracas bebiendo ron Cacique. Y yo, tequila bebo también, que México destila: (clara la mente, el ánima tranquila, con Uslar Pietri, cerca a Tepoztlán) pronto hacia el Valle —iré— de las Hamacas, San Salvador en pleno Cuscatlán, por el Izalco, por el ilopango, donde, como doquier, la lira tango. (Bogotá, octubre, 1970; México, noviembre, 1970; Bogotá, diciembre, 1970)
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