Facecieta coloquial número uno
—¿Esa risa befante, y este afán bufonesco? —Seriedad abomino. —¿Dejar el canto y adoptar la cómica Clownería? —Platitud abomino. —¿Filósofo una vez y ágora...? —Horresco, buen señor, lo dantesco al par que lo mirrino. Nada me curo de la Poesía: la Poesía me resulta vómica. —Dejar el canto y asumir la cómica clownería? ¡Notorio desatino! —Ahora es vozno lo que ayer fue trino. Y cuando trino, cantidad atómica mi trinar: ruiseñor no parecía sino búho señero o, quier, pingüino gabe y zurdo: me place la antinómica más que la paralela simetría. Ruiseñor nunca. El gorjear hialino jamás don de mi gola. Crisostómica jamás mi fauce: a tal no pretendía. Ruiseñor nunca. Búho sibilino, pingüino fui, bufón. Una astronómica distancia entre el sollozo y mi folía... —Dejar el canto, abandonar el trino... —Buen señor, a pesar de mi bonhómica mansuetud, la su cantrorimanía me exaspera, endilgada de contino con esa su frecuencia metronómica. Buen viaje, buen señor, con franca vía: Sin canto y trino voy por mi camino. —¿Dejar el canto y adoptar la cómica clown-bufo-pitre-gabe juglaría? —Sí, señor! ¡Combas velas, viento fresco por la popa! Y abur ¡oh momia fiambre! Nunca, por más que me atosigue el hambre de gloriola —que nunca me atosiga— y sin antes saber lo que me pesco la red aventaré. ¿Que más poesco se podría pensar —no me lo diga—, se podría pescar —si no un calambre— que vos, oh parangón de lo grotesco? ¿que vos, oh nata y flor de corambre? Pláceme más —borrico— en el alambre bufonesco danzar, mimo y funámbulo, que aderezar la Oda. Soy noctámbulo trovero y sublunar —nada académico, ni adocenado poetete endémico, ni —a la moda— paródico epidémico, ni augur de lira atómico-astronómica, paradislero orondo, huero, opimo... —¿Dejar el canto y asumir la cómica juglería? oh bufón! oh clown! oh mimo! —Buen señor, ganapán! ¿Qué más poesco se podría pescar —si no un infarto— ¿que vos, oh super-Tio, oh proto-Lila? ¿Qué Caribdis maelstrómica, que Scila caríbdica, que Scílico Maelstróm constelado de sirtes? Tú —Condom— águila —qué Demóstenes! —in quarto— su funérea oración —póstumo parto— tu funérea oración —flecha del Parto— ¿cómo —Bousset— no endílgaisla a este Zote? —¿Dejar el Canto, y asumir la cómica juglaría? ¡oh bufón! ¡oh clown! ¡oh pitre! —¡Al Karakórum véte a pasitrote! Mil recuerdos a Dante! Otros mil a Virgilio! Diez besos a Beatriz —la del idilio trunco. A Laura de Noves (del Petrarca puro dolatro) diez. Y abur al corto (al corto y largo mucho más que breve) genitor de la Astrea kilométrica (la Astrea en longitud es cosa tétrica y en platitud —¿leerla quién se atreve?) El Tostado al hojearla quedó absorto (El Mahabarata, ante ese ingente aborto, el Mahabarata, es dístico de parca parvedad ante el "corto" del Astrea!) —De parca parvedad, sobriedad, parquedad, triza como gustéis! Ad libitum! Como queráis ¡Atiza! y... a pasitrote véte al Karakórum! al Karakórum véte, zoilo anémico! Chirle arquíloco! Engendro de belitre! zafio pelafustán, hez, vermes, larva! A pasitrote véte al Karakórum, al Pindo o al Parnaso o al Bobea! (Pongo, con esto, bajo del pupitre, dos o tres Ramayanas y otra Astrea —que no pensé escribir— y otra Odisea, con mis Odas a Caro, Olmedo y Mitre (Bartolomé) Me raparé la barba, me amputaré la pluma (¿hay quién lo crea?) por complacer —asina— al Stultórum: dulce es por él callar, "dulce et decórum"! Nequáquan! Sí! Nequáquan! ¡Seguiré siempre con mi tu autem-vaquam! —con mi péndola pluma que tirtea y con mi barba! —La portaba en Narva—
(De Nova et vetera, 1970)
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