Secuencia sin consecuencias
I Eso que fraguas, cosa es no poética: ni dásle consistencia de alfeñique, ni en ello loas a incorpórea Psique de élitros de ángel, mística y sintética. Eso que urdes... Dónde está la grética o la hepbúrnea siquier con que se imbrique tu gusto solitario? Otra fabrique tu estro inverecundo, de fonética lánguida: evanescente Flor de Vidrio no odorante —no huele el alborio—, manzana sin sabor— que así es inocua: serás Poeta Esteta Testa-hidrio (super alma de cántaro infusorio, valga decir) tañendo Harpa Aqüilocua! IV Rolando! Orlando no! Qué Paladines ni qué Pares!: con mucho serán Nones. Rolando sí: redundan a montones y no sólo en Gil Blas y en sus afines. Garcilorcan como unos serafines e hispanisimian cuasi a topetones. Descubren "el soneto" estos Colones: hallazgo tan sin trompas ni clarines? "El soneto era un pobre bien-oculto! vamos nosotros a donalle brillo y a restaurar su integridad primicia", truena a quién quiera oille el muy estulto. Y al soneto se da, como al cepillo lustra-coturnos, y el portento inicia!
(De Velero paradójico, 1957)
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