Sino la noche.
La persuasión viva y segura
de una locura silenciosa.
Por todos los caminos
—tuyos, míos, de nadie—
un sueño que perdió su rostro
en otro extraño y enemigo.
Aún palpita el sapo de la vida
consciente sólo en su soberbia de aire
Abriremos los ojos tras el día
como un vaho
en un cristal que no alcanzamos.
De La palabra a solas