Fundación de la ciudad
Y ahora en dónde sobre qué vínculo en qué botín he de apoyar el alma en qué piedra por favor en qué ayer. Nadie me dijo que comenzarían hoy los siglos de la noche. Lunes de una ciudad sobre la desolación. Aquí hubo una población ya desplumada su cacique en pedazos. ¿Y el plano de las destrucciones? ¿Y los solares que trazó el destrozo? Me voy a inventar una ciudad. Es preciso fundar un nombre apenas víspera de una capital como una predicción. (Yo podría llamarla Imaginada, Abandonada, Nada.) Solamente un sonido que nadie oye útil para establecer la propiedad sobre la duración de los resucitados. Ah no nacida. Nombrada sólo. Sólo viento sin ladrido que ahuyentara el exceso de muerte. Heme aquí clavando el estandarte de un ruido solitario jugando con campanarios dibujando calles inmemoriales enviando especialistas en provocar el eco para no sentirme solamente solo sino muchísimo más solo. Completando la envoltura oral de una ciudad que fue y que después ha de habitar el hijo de quién de quién sepultado vivo en su armadura que será estatua viva de una estatua colérica y velluda. Volcada. Porque no tuvo tiempo todavía para las acomodaciones nuevas del amor.
(De "Las ocupaciones nocturnas", en Los cuadernos de la tierra.)
|