El poeta pregunta por su vida
A Ernesto Martínez Capella ¡Ah de la vida! ¡Nadie me responde! Francisco de Quevedo
Eduardo, Eduardo: qué haces mirando correr el río, dando palabras al viento? Y, qué has hecho de tu vida mirando pasar las nubes y los fantasmas azules que creíste estaban fuera y eran en tu corazón? (Tú creías que vivías y creías que tenías el Azul, en pie, a tu lado, y creías que creías y sólo segismundeabas. ("Éste era un Rey"... no era nada...) Ya se te acaban el aire y la luz que te asignaron y no puedes suspender el respirar ni el mirar por tu vida prolongar. ¡Y tú mirando las nubes y tú hablando con el viento y tú soñando ese río! Eduardo ya no podrás volver a tomar el tren ni el día ni el sueño aquel. Temo, Eduardo, que te irás sin saber a qué viniste. Y ya se te nota el nimbo del viajero. Y ya en la puerta del polvo estás.
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