No levantes el teléfono
Ese Buda de plástico lanza un chillido karatesco Ante las suaves palabras con sus esporas El aliento cosmético de la lápida La muerte inventó el teléfono parece el altar de la muerte No adores el teléfono Arrastra a sus adoradores a tumbas reales A través de variados recursos, de una variedad de voces disfrazadas Quédate quieto y sindiós al oír el gemido religioso del teléfono No creas que tu casa es un escondite es un teléfono No creas marchar por tu camino marchas por un teléfono No creas dormir en la diestra de Dios duermes en la bocina de un teléfono No creas que tu futuro es tuyo pende de un teléfono No creas que tus pensamientos son tus propios pensamientos son los juguetes del teléfono No creas que estos días son días son los sacerdotes sacrificantes del teléfono La policía secreta del teléfono Oh teléfono vete de mi casa Eres un mal dios Ve a susurrar en alguna otra almohada No alces en mi cara tu cabeza de serpiente No muerdas más gente hermosa Cangrejo de plástico ¿Por qué es tu oráculo siempre igual a fin de cuentas? ¿Qué tajada sacas de los cementerios? Tus silencios también son nefastos Cuando se te necesita, mudo con la malicia del clarividente insano Las estrellas susurran a una en tu aliento El vacío del mundo se hace océano en tu bocina Estúpidamente oscila tu cordón en los abismos Plástico eres luego piedra una rota caja de letras Y no puedes proferir Mentiras ni verdad, sólo el maligno Te hace temblar del súbito apetito de ver a alguien deshecho Ennegrecientes conexiones eléctricas Con el sitio donde la muerte blanquea sus cristales Te hinchas y te retuerces Abres tu bostezo de Buda Chillas en la raíz de la casa No levantes el detonador del teléfono Una llama del último día saldrá restallante del teléfono Un cadáver caerá del teléfono No levantes el teléfono
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