Salmo del tigre
El tigre mata hambriento. Las ametralladoras Hablan, hablan, hablan de un lado a otro de su Acrópolis. El tigre Mata expertamente, con mano anestésica Las ametralladoras Siguen discutiendo en el cielo Donde los números no tienen oídos, donde no hay sangre. El tigre Mata frugalmente, tras atenta inspección del mapa. Las ametralladoras menean la cabeza, Siguen chachareando estadísticas. El tigre mata por relámpago: Dios de su propia salvación. Las ametralladoras Proclaman el Absoluto según Morse En un código de estampidos y agujeros que contrae las frentes de los hombres El tigre Mata con bellos colores en el rostro, Como una flor pintada en un estandarte. Las ametralladoras No están interesadas. Ríen. No están interesadas. Hablan y Sus lenguas arden azules como almas, auroleadas de cenizas, Perforando la ilusión. El tigre Mata y lame a su víctima de pies a cabeza. Las ametralladoras Dejan una costra de sangre colgada de los clavos En un huerto de fierros viejos. El tigre Mata Con la fuerza de cinco tigres, mata exaltado. Las ametralladoras Se permiten sarcasmos. Eliminan el error Mediante la dialéctica de acá para allá Y demostrada la tesis se callan. El tigre Mata como la caída de un risco, unitendonado con la tierra, Himalayas bajo el párpado, Ganges bajo la piel – No mata. No mata. El tigre bendice con sus colmillos. El tigre no mata sino que abre una senda Ni de la Vida ni de la Muerte: El tigre dentro del tigre: El Tigre de la Tierra. ¡Oh Tigre! ¡Oh Hermano de la Sierpe! ¡Oh Bestia en Flor!
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