Necrología de los desilusionados del amor
Los desilusionados del amor están descargando tiros en el pecho. De mi cuarto oigo la fusilería. Las amadas se retuercen de gozo. Oh cuánto material para los periódicos. Desilusionados pero fotografiados, escribieron cartas explicativas, tomaron todas las providencias para el remordimiento de las amadas. Pum pum pum adiós, melindrosa. Yo me voy, tú te quedas, mas nos veremos en el claro cielo o en el turbio infierno. Los médicos están haciendo la autopsia de los desilusionados que se mataron. Qué grandes corazones tenían ellos. Vísceras inmensas, tripas sentimentales y un estómago lleno de poesía… Ahora vamos hacia el cementerio a llevar a los cuerpos de los desilusionados encajonados debidamente (pasiones de primera y de segunda clase). Los desilusionados siguen ilusos, sin corazón, sin tripas, sin amor. Única fortuna: sus dientes de oro no servirán de depósito financiero, y cubiertos de tierra perderán el brillo; en cuanto a las amadas, bailarán una samba brava, violenta, sobre sus tumbas.
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