Como una madre sostenida por ramas fluviales de espanto y de luz de origen como un caballo esquelético radiante de luz crepuscular tras el ramaje denso de árboles y árboles de angustia lleno de sol el sendero de estrellas marinas el acopio fulgurante de datos perdidos en la noche cabal del pasado como un jadear eterno si sales a la noche al viento calmar pasan los jabalíes las hienas hartas de rapiña hendido a lo largo el espectáculo muestra fases sangrientas de eclipse lunar el cuerpo en llamaradas oscila por el tiempo sin espacio cambiante pues el eterno es el inmóvil y todas las piedras arrojadas al vendaval a los cuatro puntos cardinales vuelven como pájaros señeros devorando lagunas de años derruidos insondables telarañas de tiempo caído y leñoso oquedades herrumbrosas en el silencio piramidal mortecino parpadeante esplendor para decirme que aún vivo respondiendo por cada poro de mi cuerpo al poderío de tu nombre oh Poesía.
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