La cautiva
Cautiva que entre cerrojos, frente a la angosta ventana dejas espaciar los ojos por la campiña lejana, ¿de qué te sirve tener en el pecho un ansia viva, si eres libre para ver, y para volar cautiva? Siento mayor la amargura de tu mal cuando te veo con las alas en tortura y en libertad el deseo. Preso el pie y el alma alerta… ¡Qué morir frente a la vida! ¿Para qué ventana abierta si no hay puerta de salida? Alma cautiva y hermana que en la campiña lejana dejas espaciar los ojos, ¡que te quiten los cerrojos o te cierren la ventana!
(Parábolas y otros poemas)
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