Último viaje
Camino del silencio se ha ido. Va delante de mí. Lleva su antorcha a salvo ya de la traición del aire. Va musitando el verso que no pudo decir la última tarde. Se perdió su sonrisa, y en sus ojos tiembla el hondo pavor del que ya sabe. Lo llamo, lo persigo. Ya no vuelve el rostro a mí para decirme: "Padre, ésta es mi juventud, yo te la entrego; éste es mi corazón, y ésta es mi sangre." Cuando mis pasos, que la ausencia anima y le siguen en pos, le den alcance, juntos los dos ante el cristal que funde liberadas del tiempo las imágenes, veré su faz y miraré su frente en el hombro paterno desmayarse. Allí sabremos ambos quién ordena partir un día, y la razón del viaje.
(Bajo el signo mortal)
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