Irás sobre la vida de las cosas...
Irás sobre la vida de las cosas con noble lentitud; que todo lleve a tu sensorio luz: blancor de nieve, azul de linfas o rubor de rosas.
Que todo deje en ti como una huella misteriosa grabada intensamente; lo mismo el soliloqio de la fuente que el flébil parpadeo de la estrella.
Que asciendas a las cumbres solitarias y allí, como arpa eólica, te azoten los borrascosos vientos, y que broten de tus cuerdas rugidos y plegarias.
Que esquives lo que ofusca y lo que asombra al humano redil que abajo queda, y que afines tu alma hasta que pueda escuchar el silencio y ver la sombra.
Que te ames en ti mismo, de tal modo compendiando tu ser cielo y abismo, que sin desviar los ojos de ti mismo puedan tus ojos contemplarlo todo.
Y que llegues, por fin, a la escondida playa con tu minúsculo universo, y que logres oír tu propio verso en que palpita el alma de la vida.
(Silénter)
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