Último mar
Viajo entre sombras... Pero yo quisiera, antes que la palabra quede muda y el ojo sin visión, clavar mi duda sobre las tablas de una cruz cualquiera. Afirmar y creer que cada cosa se rige por un ímpetu lejano y que en el alma universal se posa —a un tiempo maternal y silenciosa— la sabia providencia de una mano. Sentir que cuando el dardo de la vida cruza silbando el aire y atraviesa el corazón, hay alguien que me besa en la sangrienta boca de la herida... Quisiera que al pasar, mientras tremolo mi jirón de bandera desgarrada, un perfil, una voz, una mirada me libraran del miedo de estar solo en el trance final de la jornada. Que cuando en viaje póstumo y sombrío por el último mar, mudo y desierto, vaya dejando atrás cuanto fue mío, un ave sobre el mástil del navío cante mi canto y avizore el puerto...
13 de junio de 1946
(Vilano al viento)
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