¿Y ahora qué...?
Antes lo creí pero ya no. El amor no es asunto de dos ni de tres; esto nos concierne a todos. Si beso tus labios, si nos decimos: adiós, mi vida, habrá siempre una voz arremetida; a empeñones un grito como trueno; un lamento, que diga que no. Toma tiempo, lo sé; a distancia, respira como un pensamiento a solas; pero vendrá, se necesita mucho para aprender de nuevo, que el amor, darse los buenos días, decir te quiero, no es un asunto de dos, ni de tres. Eso nos concierne a todos.
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