El deseo que me han dejado...
El deseo que me han dejado todas las mujeres se está amor de tus ojos a tus pasos. Tu cuerpo es el término al que arribo para partir de nuevo y ser oleaje y ser contigo. Vivo mi sangre en el abrazo. Zarpo —sed en vilo— y es el tuyo el último rumor por sobre cada puerto. Estamos en la ternura de las manos, en el abrigo de los besos, le vamos aprendiendo el dolor a la alegría: ¿nos amaremos alguna vez como esta tarde?
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