Con el aire quieto...
Con el aire quieto como novia y las moscas gravitando hacia tigres insomnes; con un sol a medias muerto y las bocas trastocadas en la mecánica integral del beso; En estas noches impacientes sabiamente labradas de promesas, la palabra viene a ser bien poco si la amada llora pensativa en el abrazo, si la amada tiembla pensativa en el abrazo y el tiempo no tiene todavía la fuerza del responso y su boca, y sus ojos y su cuerpo sienten que mañana es otro día. El amor se aferra de las horas. Y el poema se desnuda y muere, para siempre, en una misma noche.
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