Acorde clásico
Nace de nadie el ritmo, lo echan desnudo y llorando como el mar, lo mecen las estrellas, se adelgaza para pasar por el latido precioso de la sangre, fluye, fulgura en el mármol de las muchachas, sube en la majestad de los templos, arde en el número aciago de las agujas, dice noviembre detrás de las cortinas, parpadea en esta página.
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