Material de Lectura

Mag


Que Dios hubiera impedido nuestro encuentro, Mag.
Que nunca hubieras abandonado tu trabajo por venirte
conmigo.
Que nunca hubieras tenido permiso ni vestido blanco
para casarte el día que perseguimos al juez
y le dijimos que nos amaríamos y nos cuidaríamos
siempre y tanto como perduran el sol y la lluvia.
Sí, ahora deseo que tú vivieras lejos,
y que yo fuera un bulto entre puñetazos
a mil quinientos kilómetros de aquí, muerto
y despedazado.

Que los niños nunca hubieran venido.
Nunca hubiera pagado por la casa, el carbón.
la ropa. Que nunca hubiera visto al abarrotero
cobrando frijoles y ciruelas.
Que Dios nunca me hubiera dejado verte, Mag.
Que Dios les hubiera impedido nacer a los niños.