Esto es lo que fue dicho en un aire sin hojas. Esto es lo que fue escrito en la piedra masticada por el sol. Esto es lo que fue levantado en el sangriento desgaste del tiempo de un día. Y todo lo dicho y escrito y alzado cabe en la espesura de un pétalo seco. Porque si abres la mano tu puño será una campana de sombra crujiendo entre el polvo y el vacío. Porque si queda en los dientes un resto de canción en tu boca habrá señal de ese silencio. Porque si en los zapatos se empozan lágrimas suero sudor agua perdida qué harás de tu alameda tu calle o tu camino? Está escrito y fue dicho y ahora parecidamente se repite: asesinada rota sumergida impura la palabra es siempre palabra y el pájaro es siempre pájaro aunque el humo destruya su rumbo en el cielo. Y muda o sonora cada voz se desplaza se junta con mano y papel con piedra y mano con mano y madera con mano y su tantísimo esqueleto. Pues esto es lo que fue escrito: la grieta incurable en la almohada la inscripción en la cama de una carne sin sueño el ojo enredado en ceniza profunda el olor de la ropa quemada en la sangre tu nombre desprendido las uñas ya muertas el material gritador de tu cuerpo desordenándose en salivas desgajándose en estiércol nutriéndose de oxidados orines de perro tu presencia despatriada la guerra en tus pueblos totales cada hueso tuyo trozado y medido tu invencida palabra. Esto es lo que fue dicho esto es lo que fue escrito.
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