Es éste el tiempo en que la sangre vuelve a su estatuto de palabra interrumpida? Es éste el olvido que recuerdas para ser una oscura desmemoria entre nosotros? Qué brazos te empujan o te atraen con fuerza rechazada que regresa? Y la lluvia caerá como un cadáver de piedra en los mares que crecen sin espuma? Y este rostro que tanto resplandece bajo tu piel aún desconocida: es una sola señal que borrarán las sábanas es una astilla de vidrio reposando sin luz entre manteles? De este mismo rostro se apartan ya las bocas los dientes y las lenguas repitiéndose para que tu piel presente —de olor de aire de ropa ahora envejecida— se pregunte que yo también soy piel y muchas otras cosas que ruedan carne abajo.
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