Gottfried Benn Selección, traducción y nota introductoria de José Manuel Recillas VERSIÓN PDF |
Nota introductoria |
Donde no caen lágrimas: La poesía de Gottfried Benn* |
Gottfried Benn (1886-1956) elaboraría su teoría del Yo lírico desde muy temprano en su desarrollo como escritor. El Yo lírico será un nuevo tipo de ego autoconsciente y creativo que tiene acceso a energías primordiales, presentes desde siempre en las corrientes de imágenes que caracterizaron las primeras estancias de la psique humana. El papel del Yo lírico sería el de seleccionar de esas profundidades prerracionales del Yo primario las visiones e imágenes de una realidad trascendente, una realidad preilustrada que dominara suprema antes que la emergencia de las ideas de Historia y Progreso interfirieran, destruyendo la unión original entre el hombre y su ambiente. En la teoría de Benn, estas visiones e imágenes son míticas en cuanto que son ficticias, creadas por el artista individual. Para llegar a tales fuentes, el ego personal, la personalidad que pasa por uno en el mundo burgués, debe ser eliminado, y sus barreras y muros protectores deben ser derrumbados para permitir el acceso a las visiones del desencadenado y extrínseco Ser. Este derrumbamiento debía suceder por diversos medios de intoxicación —frecuentemente drogas—, pero más generalmente por estados alucinatorios autoinducidos de manera externa. Todos ellos, empero, eran iniciados por medio de la concentración del lenguaje, y más específicamente por la concentración de una palabra específica, la Südwort de su periodo tardío, por ejemplo.
La poesía La poesía de Gottfried Benn no se explica sino como el fruto de una prolongada maduración intelectual que tuvo como origen el expresionismo en los albores del siglo XX y que atravesaría todas sus crisis intelectuales, políticas, sociales. Desde sus primeros dos poemas, cuan inmaduros y convencionales se quiera considerarlos, es posible detectar elementos que anuncian su evolución posterior; sin embargo, nada autoriza a imponer un elemento teleológico a la lectura e interpretación. En Rauhreif yase halla in nuce la poderosa imagen que utilizará, más de treinta años después, en el asombroso retrato de la avalancha de nieve del espléndido Sils-Maria, uno de los muchos poemas dedicados a Nietzsche, figura fundamental para entender su pensamiento y su poesía.
La antología Aunque ninguna antología puede ofrecer una visión cabal de la complejidad de la obra de Gottfried Benn, la presente busca reflejar algunas de las ideas que dominaron su pensamiento y que nuestro prólogo expone de manera apenas suficiente. Su obra ha sido extensamente estudiada, y sólo las de Goethe y Kafka se le pueden equiparar en atención y vitalidad en lengua alemana. El notable libro de Augustinus P. Dierick evidencia que no ha habido un solo texto de su obra literaria que no haya sido estudiado, comentado y analizado con erudita pasión y profundo cuidado. La actualidad de sus propuestas estéticas fue recientemente señalada por Susan Ray en un libro esclarecedor, y sus relaciones con los problemas que aquejaron a otros poetas, como el caso de Fernando Pessoa, ha sido expuesto en un extensísimo y erudito estudio debido a Martin Steinmetz. El desarrollo de su poética —de ninguna manera estática y unitaria— ha sido estudiado con prolijidad y rigor por Angelika Manyoni, y sus relaciones con el nazismo por Marc William Roche.
José Manuel Recillas |
* Extracto del ensayo Introducción a la poesía de Gottfried Benn, reproducido de manera fragmentaria en José Manuel Recillas, “Aproximaciones al expresionismo. VIII. Gottfried Benn”, México Volitivo (http://mexicovolitivo.com), México, 2004. |
Escarcha |
Algo de la densa niebla Resplandeció como lo suave
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Novia del negro |
Entonces, sobre almohadones de oscura sangre
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Réquiem |
En cada mesa dos. Hombres y mujeres Cada uno llena tres cazuelas: de cerebro a testículos. El resto a los féretros. Sólo nuevas criaturas: |
Madre |
Te llevo como una herida |
El joven Hebbel |
Talla y modela: el ágil escalpelo Ahora estoy muy lejos. Mi madre es una mujer tan pobre Mi juventud me es como una costra: Sueño no necesito. |
Aquí no hay consuelo |
Nadie estará a mi lado. Dos manos están en una minúscula copa. Tú, yo sólo vivo en la playa Uno de mis brazos siempre está en el fuego. un valle de blancos chopos amanece |
Carne |
Cadáveres. Surge pleito. Todos gritan: ¡Muy, muy bien! ¿Quién piensa en tan perdidas distancias? (bajó a la ventana del sótano y gritó a la calle:) Pensarnos: esclavizados y humillados, Un hombre anda: ¿Quién sabrá un futuro? Avanzamos la prostitución de las palabras. ¡Tritura el gris de los cielos! ¡Anda hacia el norte! Extingue al sol, cuadricula a la tierra: Antaño el mar andaba. Los prados llamaban. (Un hombre lo toca por el hombro) ¡Vamos, hombre, pero cálmese! Una voz de niño: ¡Oh, primero los antiguos hombres! ¡No este reflejo de luz! Griterío: El pino de Jutet hace uch, Un hombre: Otro: Un suicida: Un niño: La corona de la creación huye de las púas. |
Tren directo |
Pardo cual coñac. Pardo como el follaje. Pardo rojo Carne, que se va desnuda. Rastrojos y última almendra arden en nosotros. Una mujer es algo para una noche. Una mujer es algo con un aroma. Broncíneo claro femenino marea a Broncíneo oscuro ¡Detenme, mira que caigo! |
Cantos |
I Oh, si nuestros ancestros fuésemos. Una hoja de alga o una colina de dunas, II Desprecian todo los amantes, los burlones, La tierna bahía. El oscuro sueño de los bosques. |
Cocaína |
Dulcemente y anhelante el derrumbe del Yo ¡No más espadas por la madre vagina Una suavidad indiferente, algo pequeña, lisa... Yo disperso... ¡oh, ebriedad supurante! |
Oh, noche |
¡Oh, noche! Ya he tomado cocaína ¡Oh, noche! No es tanto lo que quiero, Papilas táctiles, borde de células rojas, Las piedras vuelan hacia la tierra, ¡Oh, noche! ¡No es mucho lo que pido! Oh, noche, concédeme frente y cabello, ¡Oh, calla! Siento una ligera sacudida: |
Tú debes darte todo |
Dale a tu dicha, a tu muerte, Tú debes darte todo, Tú que fuiste tanto uno Tú fuiste el gran renunciador,* ¡Oh, dulce hora. Oh, envejecer! Si todo te has dado tú solo, |
*Cfr. Dante, Inferno III, 60 (N. del T.). |
Sils-Maria |
I
En la tarde las horas corrían, Esto se leyó hasta el final. a un nominador del optimismo II No era la nieve, sino luces, |
Turín |
"Camino con las suelas rotas", No se puede ningún libro comprar, Mientras la noble podredumbre de Europa |
Buscas |
Buscas los signos de lo antiguo cambiando los rasgos del sentido, ah, sólo en la labor del destructor |
*Juan 19, 30. |
Solitario como nunca |
Solitario como nunca en agosto: Los lagos claros, los cielos tenues, Donde todo por dicha se justifica |
Quien está solo |
Quien está solo, también está en el misterio Grávido de cada estrato se halla Impasible mira cómo la tierra |
Compañeros |
Hasta que tú te olvidas Te inunda un sentimiento alterno, Solitario como nunca, ¿por qué y por cuál Poder? y lo que significa esa condena |
Nada hay tan pesado |
Nada hay tan pesado como el dolor: ¿No terminará entonces todo, No piensas entonces en todo padecer, Ocaso, pura destrucción, de cualquier divorcio de fidelidad, Ser sin reposo y sin sueño, |
Una palabra |
Una palabra, una oración: del signo se eleva Una palabra: un resplandor, un vuelo, un fuego, |
Versos |
Si una deidad —inefable y absoluta— También el canto que un linaje menor ha cantado El gran murmullo, arrebatado y sojuzgado, Dos mundos confrontados se repelen |
Dulce y pequeño rostro |
Dulce y pequeño rostro Ah, cómo jugábamos ¡Limitados! Pero una vez Pequeño rostro, |
Si algo ligero... |
Si algo ligero y susurrante te rodea ni como la flor ni como la luz: ese único terciopelo en el que descansa todo, |
La forma |
La forma, el gesto de la forma No cosecharás Has dado a los perdidos, |
Monólogo |
El intestino con moco alimentado y el cerebro con ¡Ah, de Alejandro y Olimpia vástagos Y esta tierra cecea con la luna, Morir equivale a todo abandonar sin solución Un sonido, un arco, casi una hendidura en el azul De una corona de cerebros escarlatas, |
Poesía estática |
Ajeno a la evolución Defender opiniones, Perspectivismo y después dejarlos caer... tú sabes... para quién. |
Entonces... |
Si un rostro que alguna vez de joven viste El arco de un tiempo que cada flecha lanzó, Al primer aliento ya se alía un segundo |
Muerte de Orfeo |
Cómo me dejas, amada, ¡Tres años ya entre la tormenta del norte! Cómo me dejas, ¡Amenazan...! Y una extraña mirada fija. ¡Amenazan...! No, tú no pasarás, Pero... ¡amenazan...! y aquí las piedras ahora indefenso para la carnada de las perras, |
1886 |
La Pascua terminó tarde, Paul Heyse publica una tragedia en un acto: Inglaterra conquista Mandalay, La Unión Ciclista Alemana Turgueniev visita todos los días Son redescubiertos: Guerra a las palabras extranjeras, Los diarios critican la escenificación 1886... Multiplícase el capital |
A Ernst Jünger |
Estamos por fuera a menudo unidos, |
*Juan 19, 5. |
Puede no duelo ser |
En esa pequeña cama, casi un lecho infantil, murió la Llevamos en nosotros la simiente de los dioses, Puede no duelo ser. Lejano y distante, |