Pardo cual coñac. Pardo como el follaje. Pardo rojo Amarillo malayo. Tren directo Berlín-Trelleborg y playas del Báltico.
Carne, que se va desnuda. Hasta la boca bronceada por el mar. Plenitud que se hunde hacia una griega felicidad. Anhelos de hoz: ¡Cuan largo resulta el verano! ¡Penúltimo día del noveno mes!
Rastrojos y última almendra arden en nosotros. Desarrollos, la sangre, los cansancios, la cercanía de las dalias nos confunde. Broncíneo masculino sobre Broncíneo femenino:
Una mujer es algo para una noche. ¡Y si fue bello, lo será para la siguiente! ¡Oh!, ¡y luego este estar-con-sí-mismo! ¡Estos mutismos! ¡Este ser acosado!
Una mujer es algo con un aroma. ¡Inexpresable! ¡Muere! Reseda. Y está el sur, pastor y mar. En cada declive reposa una felicidad.
Broncíneo claro femenino marea a Broncíneo oscuro masculino:
¡Detenme, mira que caigo! Tengo un cansancio en la nuca. Oh, este dulce, afiebrado, postrer perfume de los jardines.
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