Mamá
Desde hace una semana, en mi mamá sólo pienso, abstraído; en mi mamá. Con la chirriante cesta a la cintura, iba siempre al desván en su premura. Yo era un hombre sincero todavía: chillaba, pataleaba. Le decía: deja para otro ese pesado y gran bulto, mi madre, y llévame al desván. Sola se iba a tender, calladamente, sin regañarme, sin mirarme, ausente. Y las ropas crujían, luminosas, revoloteando en lo alto, jubilosas. Aunque para llorar es tarde ya, sé cuan inmensa eres, mi mamá. Flota en lo alto su agrisado pelo y echa su añil en el agua del cielo.
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