No soy quien grita
No soy yo quien grita: es la tierra que ruge. ¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡El diablo ha enloquecido! Escóndete en el fondo limpio de los manantiales, fúndete al cristal de la ventana, ocúltate tras los fuegos de los diamantes, escóndete en el pan recién salido del horno. Oh, tú, pobre, mi pobre. Con el fresco aguacero fíltrate en la tierra. En vano hundes tu rostro en ti mismo, sólo podrás lavarlo en otro rostro. Sé la delgada arista de una brizna y serás más grande que el eje de este mundo.
Oh, máquinas, pájaros, frondas, estrellas, nuestra estéril madre pide a gritos parir. Querido amigo, cariñoso amigo, ya sea terrible o maravilloso, no soy yo quien grita, es la tierra que ruge.
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