Mar femenino
Te amo porque te pareces al mar y junto a tu cuerpo los días se repiten como cicatrices [entreabiertas. Te amo porque eres más bella cuando estás inmóvil en los instantes sin orillas ni leyendas cuando tus rodillas recuerdan arenas duras y tu sangre es un sol que corre por tus venas. Así como estás recuerdas al mar subiendo, al mar femenino de los acantilados y de las cuevas submarinas, al mar de mi infancia, elevado en mi sueño, al mar sentado como un trono sobre la tierra. Con tus pies colocados como proas de navíos, evocas el mar despojado de todas las islas, el mar de los amantes que se aman como fieras marinas en medio de las aguas elevadas, el mar de profundas densidades como bitácoras. Admites el amor unido al agua y a la piedra y eres bella como el sueño, la ola o el viento del mar.
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