La ventana sin barrotes
Lo que los aviadores ven a tres mil metros de altura lo que los mineros ven derrumbando árboles de cristal lo que los buzos ven dentro del mar, pisando tierra como quien pisa una flor, lo que el ciego ve cuando está caminando lo que los niños creen ver cuando están dormidos lo que los sonámbulos ven, ante una pila goteando, lo que se ve cuando el amor es un abrazo lo que se ve y no se ve es lo que estoy viendo ahora como si en tu mano hubiese una moneda de corona escondida y en el cielo los lados ocultos de los planetas se revelasen. Veo el mundo con los ojos heridos por las estrellas y con los pulsos quemados por las estaciones. En el cuarto donde duermo oigo el rumor de antípodas [conciliados y de trópicos que resbalan, perpendicularmente, sobre [mis párpados cuando hace sol apenas en mi sueño. Duermo en el centro del universo y mi inocencia es [enorme. Como el joven amante esclavizado a la hidráulica de un [cuerpo desnudo asisto al movimiento de las estrellas y a la carrera de las [nubes y mi espíritu festeja este mundo infinito, que jamás se [inició y jamás terminará, este mundo en que el universo contemplado en la noche [es polvo como un día que llorase sobre los hombros de los siglos. Lo que los vivos ven y no olvidan lo que todo hombre recuerda, la vida entera. es lo que estoy viendo en este instante.
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