Cruz de senderos
Agua impetuosa esfuma los declives, los sotos ya no zumban y las moras se cubren con la bruma. Te apartas de tu sombra, poco a poco atardece. Vagas, siempre más vagas yerran tras un velo de polvo las avispas, los perros jadeantes y las sendas: se enturbia el aire en torno del manzano, trascurre un leve espíritu. Los arroyos embalsaman con miel y leve hierbabuena bajo los pequeños puentes que cruzas bajo el sol y los lentos colores de la vida. Tras de tus quedos pasos que me dejan sentado acá en el dique, en el blanco resplandor del sol, ¿qué es lo que huye, que se desprende de mi lado para siempre? La voz de los pastores se congela en la garganta de los montes; brota el humo en el bosque y se tiñe de violeta, la escarcha va cubriendo mis ropajes.
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