Los dedicados
Algunos pasan la guadaña Por los inmensos prados Para hacerlos suaves A los pies del ángel. Otros componen la cerradura Para que, así, el huésped Se abra paso libremente Hasta la cámara interior.
Algunos tienen por empeño Disponer de la vida por completo Como un amante con otro, O un ave cuyas alas van a dar Hasta la brújula del cazador, No por voluntad propia, Sino por un acto consciente Ante las eternas exigencias.
Y si llegan a ausentarse Para orar, es por gusto, Si las patas de la paloma Se posan en el mango de la guadaña Una sola vez, y luego abandonan Su conocimiento. Después, sólo aguardan El más frío advenimiento, Que se extinga la llama de las velas.
ln the Grip... 18 de septiembre de 1946
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