EL LIBRO DE DIOS Aquí sí que no puedo nada, si no es temblándome la mano. Tu nombre es inefable y soberano; tu nombre causa devoción y miedo, y, no puedo, no puedo. ¿Cómo voy a poder…? Soy un gusano. Déjame antes llorar, eso es muy mío. Deja que piense en Ti y en Ti me abrase. Aguarda a que me pase esta ola de frío y luego escribiré, si es que ya puedo, tu libro este, que me causa miedo. Mientras anda la noche y todo duerme, me sentaré a raíz, sobre la tierra, dando tiempo a tu amor de que me enferme. Así voy a ponerme, y el dique romperé, que el llanto encierra, y, en seguida vendré a desmorecerme. Los misterios del llanto son los mismos que los solemnes del Amor. El llanto sabe salvar o ciega los abismos, tal como aquél, y sana y melifica. El Amor puede tanto, que a un tiempo lava y cura y deifica. Así lo voy a hacer, por ver si puedo con este Libro que me causa miedo. Me sentaré a raíz, sobre la tierra, mientras la vida calla y la luz duerme, y el dique romperé, que el llanto encierra. Voy a desmorecerme y a sentarme en la tierra. Tan sólo aguardo que tu amor me enferme.
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