LLAMADA A LOS POETAS Dad la mano a este pobre que se pierde sin un rayo de sol. Dadle a beber dolor los que aprendisteis donde vive el dolor. Para escribir la estrofa, necesita sangre del corazón. Decid, los que nacisteis soñadores, ¿dónde hay tinta mejor…? Guiadlo, por piedad. Es de la casta de que vosotros sois. Su nombre, como el vuestro, va en la lista que ha empezado por Job. Yo descendí hasta el alma de la noche y en sus abismos me senté; aquí estoy. Subid a ver si hay algo en la montaña de la lumbre del sol. Algo debió quedar allí perdido. Pienso que algo quedó. Registrad las espigas y las hojas, hijos mansos de Job. Dad la mano a este pobre que se pierde sin un rayo de sol. Dadle a beber dolor los que aprendisteis donde vive el dolor.
|