En un pequeño pueblo de Asia Menor
La noticia del resultado de la batalla naval, en Acio, fue ciertamente inesperada. Pero no hay necesidad de componer nuevo discurso: sólo hay que cambiar el nombre; en las últimas líneas, en lugar de: "Habiendo liberado a los romanos del indeseable Octavio, parodia de César"; se debe decir: "Habiendo liberado a los romanos del indeseable Antonio". Queda perfecto el texto. "Al conquistador, el más glorioso, excelso en sus acciones militares, admirable en su política; en su nombre el pueblo deseó la victoria sobre Antonio" (Aquí, como dijimos, está el cambio). "A César, considerado como el perfecto hijo de Júpiter, protector de los griegos; a él, que honra nuestras costumbres griegas, amado en toda la tierra Helena; renombrado por su orgullo elegíaco, por el extenso recuento de sus trabajos en griego: verso y prosa. Y en griego: Mensajero de la Fama, etcétera, etcétera." Todo se acomoda en el texto a la perfección.
1926
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