En la noche
De todas formas, no hubiera durado. La experiencia de los años me lo ha demostrado. El destino puso un fin abrupto. Fue breve ese tiempo pero qué fuertes sus perfumes y en qué cama espléndida estuvimos. Y qué sensualidad dimos a nuestros cuerpos. Un eco de los días sensuales volvió, algo del fuego juvenil que compartimos. Tomé de nuevo una carta entre mis manos, y leí y releí hasta que la luz se fue. Melancólico salí al balcón para cambiar mis pensamientos, por lo menos, viendo la ciudad que amaba; un poco de movimiento en las calles y en las tiendas.
1917
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