Yo Muchos me han dicho: —el viento, el mar, la lluvia, el grito de los pastores… Otros: La hembra humana y el cielo; Estos: La errante sombra y el invisible velo de la Verdad, y aquellos: La fantasía, el mito. Yo no. Yo sé que todo es inefable rito en el que oficia un coro de arcángeles en vuelo, y que la eternidad vive en sagrado celo, en el que engendra el hombre y pare lo infinito. Por eso, mis palabras son silencio hablado, y en la fatal urdimbre de cada ser, encuentro difícil lo sabido y fácil lo ignorado… Yo soy el Mercader de una divina feria en la que el infinito es círculo sin centro y el número la forma de lo que es materia.
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