Ipanema
El mar es una historia que llevo entre los ojos y la sombra de mis ojos, desleída ya por los años y sin brío.
Ya se me escapan sus ecos mal nacidos, sus lugares de gruesa burla. Pero todavía llueve la tarde en Ipanema, a través de los años, contra mis pupilas: llueven copos de sol. Y se desgajan en un débil combate las hileras de casas.
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