La juventud con una antorcha de espigas en lo alto avanza entre las olas y canta: Oh jóvenes que me comprenden —patriotas del sol— con palos y extraños pájaros en las manos con corazones inmaduros y ojos puros que escuchan zumbar desde las playas el viento levante calentando en su regazo una luz inmensa desde el extremo del cielo hasta lo profundo del corazón —patriotas del sol— con terquedad purpúrea dicen: el único camino es el Oriente. La tierra del olivo de la higuera y del ciprés de las vides de los ríos secos y de las grandes cúpulas apoya su costado en las márgenes de sus sueños Escúchenme soy de los suyos denme una mano que quiera cortar de un solo tajo los sueños de todos para nadar libremente en la juventud de las nubes. La tierra habla y se escucha el temblor de los ojos.
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